INFORMACIÓN
GENERAL PARA TRAGEDIA GRIEGA
MITO DE
DIONISOS y EL ORIGEN DE LA TRAGEDIA GRIEGA
El mundo del hombre griego está
animado por las fuerzas de de la naturaleza vistas un modo divino. Entre éstas
aparecen los sátiros, demonios de la naturaleza y Dionisos, el dios del vino.
Observando los distintos momentos de
la compleja leyenda de este dios, aparecen claros puntos de apoyo para una
visión trágica del mundo; así por ejemplo, la Hübrys o exceso y la Moira o
limitación presiden su nacimiento. Es hijo de Zeus y Sémele, esta pide a su
amante, cediendo a una malvada insinuación de Hera, que adopta la figura de su
nodriza, que se muestre en todo su poder; Zeus accede, pero aquello que
constituye su poder máximo, el rayo, la mata. Tenemos, pues, en el origen mismo
de Dionisos a alguien, su madre, que incurre en Hübrys, vale decir, en el deseo
de incursionar más allá del límite humano, más allá de su Moira y en
consecuencia su propio exceso sea lleva a la muerte, que queda vinculada a
Dionisos desde antes de nacer. La diosa Atenea lo rescata de entre las cenizas
de Sémele y Zeus lo encarnará en uno de sus muslos, para completar allí los
tres meses que le faltaban para su nacimiento.
Dionisos es así el "dos veces
nacido", donde la idea de morir y renacer, propia de los dioses de la
vegetación, se ilustra en el hecho de ser arrancado de su madre muerta. El ser
víctima de la muerte, aún antes de nacer, lo vincula a la idea de destino y
fatalidad. Y la idea de renacer es ilustrada con la vuelta a la vida
figurada en su otro nacimiento.
Según los griegos, Dionisos tiene el
extraordinario atributo de participar en cierta manera del destino humano. Su
vida transcurría en la tierra y en Hades, la mansión de los muertos' Padece por
lo tanto las mismas vicisitudes que los hombres: nace, crece y desarrolla hasta
su madurez y luego desaparece para descender a los lugares invisibles. Se
comprende la significación de estas transformaciones, si se piensa que
Dionisos es representación divinizada de la vegetación y sus ciclos; es
considerado como símbolo de la viña, la más noble de las formas vegetales, y se
le festeja bebiendo el exquisito zumo que se obtiene de la vid.
Durante su infancia un peso de
fatalidad y destino lo cerca por todas partes en esa cólera de Hera (esposa
legítima de Zeus) que le persigue implacablemente. Por orden de Zeus el niño es
entregado al nacer otro elemento que desarrollará el género trágico: todo lo
relacionado con máscaras, transformaciones y cambios. Hermes, como mensajero de
Zeus, ordena al mismo rey Athanas e lno que vistan a Dionisos de mujer, para protegerlo
de los celos de Hera que quiere matar al niño nacido de los amores adúlteros de
su marido. Ella no logra matarlo pero castiga con la locura a los reyes que lo
habían protegido.
Zeus lleva a su hijo a Asia o
Etiopía donde lo entrega a las ninfas, espíritus de la naturaleza,
transformándolo en cabrito para defenderlo del odio de la diosa. En esta
leyenda se origina la relación del culto a Dionisos con los primeros
coros trágicos, coros de sátiros.
Cuando llega a su juventud descubre
la viña y su uso, pero el odio de Hera como una fatalidad lo persigue
implacable, lo alcanza al fin y lo enloquece. En este odio que persigue a
Dionisos, así como en las sucesivas precauciones tomadas por Zeus para
salvarlo, toman origen las ideas propias de lo trágico, de destino y de lucha
contra él. El dios loco erra por los más lejanos lugares hasta que la diosa
Cibeles lo purifica y lo cura.
A partir de aquí la leyenda de
Dionisos se desarrolla en el sentido de mostrar su lucha por imponerse y
extender su culto. Conquista la isla con una expedición a medias guerrera, a
medias religiosa y en ese momento parece haber surgido el cortejo triunfal del
que se hace acompañar: un carro tirado por panteras, adornado con pámpanos y
con hiedra y acompañado por sátiros, silenos y bacantes.
Vuelto a Grecia instituye las
bacanales como sus fiestas. En éstas el pueblo es presa del delirio místico y
corre por los campos durante la noche, al son de la música, lanzando gritos
rituales. Exacerbados por el vino y la música se ven arrastrados a una especie
de locura, se apodera de ellos un estado de delirio, de frenesí, que los lleva
a sentir que están poseídos por los dioses. Las fieles al culto del dios pugnan
por romper sus ataduras corporales; se sienten sustraídos de la existencia cotidiana
y creen haberse convertido en espíritus que forman el cortejo del dios. Para
emular a los integrantes del cortejo se cubren con pieles de macho cabrío para
consustanciarse con el espíritu del dios. Este es un elemento mágico. Los
fieles llegan así al éxtasis místico, que los hace sentir que su alma no está
dentro de sí, sino que ha salido fuera de su cuerpo y reside en el dios, en el
trance que los griegos llaman "entusiasmo". Esta idea de "estar
fuera de ", de encarnarse en otro constituye la base misma del género
teatral.
Alrededor del siglo Vll aparece el
ditirambo en el culto a Dionisos, como una canción breve, improvisada, en la
cual los bebedores manifiestan su adoración al dios del vino. El término
"dithýrambos" de oscura etimología, designa en la antigua Hélade una
modalidad de canto en honor a Dionisos (primero principalmente, luego
exclusivamente): llegó a utilizarse como sobrenombre del dios. De estilo
ampuloso, música apasionada, se acompaña con flauta y se baila. Luego el
ditirambo se consolida como un coro de carácter religioso consagrado a evocar
los diferentes momentos de la vida de Dionisos, a su alabanza y exaltación.
El poeta Arión hace cantar el
ditirambo por un coro de 15 personas que entonan la cadencia bailando alrededor
de la estatua del dios. El ditirambo tiene por tema la vida y los sufrimientos
de Dionisos subrayados por la música, la poesía, la danza y la expresión
corporal. Aquí se origina el coro de las tragedias.
Como todo mito relativo a la
naturaleza que representa las funciones sucesivas de la vegetación. En
primavera cuando la vegetación y la viña nacen y reverdecen, se considera que
Dionisos nace, festejando su advenimiento con canciones, risas y alegría sin
límites. En invierno, cuando la vegetación se marchita, Dionisos descendía al
Hades (reino de los muertos) sufriendo como los seres humanos, y estos lloraban
su desaparición con ayes, lamentos y gritos. Así nacieron el ditirambo de
primavera y el de invierno. La comedia parece haber nacido de un canto que
se entona durante la procesión a través de los campos, realizada en primavera,
para festejar el renacimiento de Dionisos. La tragedia nace del ditirambo de
invierno, en que se llora el infortunio del dios. Esta es la opinión de
Aristóteles.
Hacia el 536 A.C. Tespis enfrenta un
antagonista al coro y hace nacer así al actor, originándose el diálogo,
elemento fundamental del género teatral. Paulatinamente el actor fue tomando
importancia en detrimento del coro, lo que se acentuó cuando Esquilo introdujo
el segundo actor y Sófocles el tercero. El que desempeña el papel más
importante se llama protagonista, el que tiene un papel secundario,
generalmente el rol femenino, deuteragonista y el tercero tritagonista, hace
varios papeles de pequeña importancia a la vez.
El ditirambo era cantado al
principio por un coro de sátiros, que representaba a los compañeros de
Dionisos, vestidos con pieles de animales. Tespis consideró que el carácter
salvaje de estos personajes quitaba solemnidad a la tragedia y vistió al coro
dignamente, con vestiduras ciudadanas, pero el público protestó por la
desaparición de esos seres bulliciosos y naturales (los sátiros).
Un autor llamado Pratinas creó el
drama satírico, desarrollado en escenas dramáticas como la tragedia, pero con
espíritu divertido, burlón, licencioso y desenlace feliz como la comedia;
además su coro estaba formado por sátiros. Desde entonces se representaba una
tetralogía, integrada por tres tragedias, presentadas una a continuación de la
otra y un drama satírico, para distender el ánimo del espectador.
Alrededor del 51] A.C otro poeta
Frínico, hace un aporte muy importante, sustituye los temas vinculados a la
vida de Dionisos por los temas de carácter heroico tomados de la poesía
épica.
Orígenes de la tragedia (“La literatura
griega clásica" Raffaele Cantarella)
El conjunto importante de
testimonios antiguos, derivados más o menos directamente de las indagaciones
personales de Aristóteles o de la escuela por él fundada, permite
reconstruir al menos en sus puntos fundamentales, la historia de la
tragedia según la doctrina peripatética del modo siguiente:
1)
La tragedia
deriva del ditirambo dionisíaco (coral ya con Arquíloco y Arión) y
concretamente, según Aristóteles, de "quienes cantaban el ditirambo” (…)
2)
En cuanto a
la forma la tragedia primitiva era una improvisación, de breve extensión y
estilo festivo. Una composición de carácter satírico. Solo más tarde la
tragedia, separándose del primitivo "satyrikón", alcanza gravedad y
extensión, abandonando también el verso más antiguo usado en el diálogo, es
decir, el tetrámetro trocaico, por trímetro yámbico.
3)
Hacia el año
534 A.C. en ocasión de las fiestas dionisíacas reorganizadas por Pisístrato,
tirano de Atenas, Tespis fue el vencedor en un primer concurso trágico, en el
cual introdujo el actor ("Hypokrités" "respondedor”, o más
bien “intérprete”.) frente al coro: al principio los poetas trágicos eran
también actores.
4)
Tragedia
("tragoidia") quiere decir "canto de machos cabríos"
(“tragoi” seguidores de Dionisos con disfraces de macho cabrío); o también,
según una interpretación postaristotélica, "canto por el macho
cabrío", como premio para el vencedor; o también, "sobre el
macho cabrío", en honor del macho cabrío.
ESTRUCTURA DEL TEATRO GRIEGO Y LA
REPRESENTACIÓN ESCÉNICA
Al parecer hubo en Atenas, en un
principio, un teatro de madera. Destruido, según parece por un incendio, fue
sustituido por el clásico teatro de piedra.
La skenée, figuraba el frente de un palacio con tres puertas.
La del centro llevaba al interior de la mansión. Por convención se entendía que
la de la izquierda era utilizada por los personajes que venían de otra ciudad;
en tanto la de la derecha, conducía a otros puntos de la misma ciudad de
origen. La acción no se desplazaba al interior, porque era imposible. Detrás de
este edificio de dos pisos (skenée) se hallaban los camarines, la sala de
los actores y los almacenes. Además soportaba la maquinaria que era bastante
pesada. Las puertas antes mencionadas (“real”, la del centro y “de los
actores”, las de los costados) daban a un estrado estrecho y largo, el proscenio
o longeión, que se alzaba a un metro del suelo. El sabio Dörffeld ha negado
que el longeión sirviese de escenario a los actores, los cuales según él,
compartían constantemente con los coreutas la parte posterior de la orkestra,
comprendida entre la thymele y la skenée. Sin embargo, es una tesis muy
discutida, pues todos los escritores antiguos, desde Aristóteles hasta Vitruvio,
están de acuerdo en colocar a los actores sobre el longeión, reservando la
orkestra a los integrantes del coro.
El decorado en la época de Esquilo
vino a precisar el lugar de la acción. Al telón de fondo se le agregaban los
periactos, especie de bastidores colocados sobre ejes. Éstos erigían sus
prismas triangulares en los dos extremos del longeión y giraban sobre sus ejes,
para presentar según la necesidad de la acción los tableros inscriptos en cada
una de sus caras. Además proporcionaban entradas laterales a los actores. La
variedad de la maquinaria añadía su complemento de emoción.
Los espectadores se ubicaban en las
gradas, cuya forma era semicircular, apoyada habitualmente sobre una
colina. También se le llama “theatrón” o “lugar desde el cual se mira”.
Abajo sobre la tierra apisonada, la orkestra trazaba un círculo de 22
metros de diámetro, en cuyo centro se hallaba el altar de Dionisos o thymele.
Este espacio estaba reservado a las danzas del coro. A ambos lados del
proscenio se ubicaban dos corredores laterales llamados párodos, que
daban acceso a la orkestra.
Los actores trágicos aparecían
enormes y magníficos, levantados sobre las gruesas suelas triangulares de los coturnos,
con el cuerpo totalmente acolchonado y con la cabeza oculta en la armadura de
la máscara, recordaban el carácter sobrehumano de sus personajes. Además su voz
era profunda y los ademanes lentos. Si en la vida real llevaban el chitón y
el epiblema, tales prendas (toga y manto) aparecían en la tragedia
adornadas con un lujo inusitado. El chitón trágico (poikilor) caía hasta los
talones, con mangas anchas al estilo oriental, enriquecidas con suntuosos
bordados. Los más vivos colores resplandecían sobre el epiblema. Además estaban
las máscaras, que derivaban de los primitivos maquillajes, con que se
iluminaban el rostro los fieles, en las fiestas dionisíacas; es el producto
natural de antiquísimos ritos. La máscara heredó de ellos una especie de
dignidad litúrgica que acrecentaba su poder sugestivo. Construida de tela
endurecida con yeso, encerraba toda la cabeza, exageraba, fuera de toda
medida, la expresión fisonómica, siguiendo ciertos detalles
convencionales de color o de líneas, aplicadas al sexo, al humor y aún a
la condición social del personaje. Los coreutas no usaban máscaras ni
coturnos.
Los actores de la comedia se
vestían con un traje ordinario, simplemente exagerado o deformado con detalles
caricaturescos; mientras los silenos y los faunos del drama satírico, con
los trajes cortos, los pies desnudos y las pieles de animales trataban de
recordar a los espectadores su origen agreste.
El teatro griego también usó la mekanai
o maquinaria, que es el conjunto de artificios escénicos destinados a
producir efectos maravillosos y fantásticos, por ejemplo, apariciones de dioses.
El teatro griego se rigió por la
regla de las tres unidades, equivocadamente atribuido a Aristóteles. La
unidad de lugar que exige solamente el uso de un solo escenario, es apenas la
oficialización de lo que imponían las propias circunstancias en que se
representaba. La unidad de tiempo, por la cual todo debía ocurrir en un plazo
de 24 horas, es el resultado de las inflexibles condiciones materiales de este
teatro. La unidad de acción es la única que tiene un real sentido estético y
afecta a la construcción interna de la obra. El teatro no perdió nunca su
significación sagrada. Todos los años se realizaban en el estado
ateniense , el concurso trágico, en ocasión de las
fiestas dionisíacas urbanas.
DEFINICIÓN
DE TRAGEDIA, SEGÚN ARISTÓTELES
“Es pues la tragedia, representación
de una acción memorable y perfecta, de magnitud competente, recitando cada una
de las partes por sí separadamente y no a modo de narración, buscando mover al
espectador a la compasión y al terror, con el fin de moderar sus pasiones”. Lo
que busca la tragedia, según este filósofo, es imitar (mímesis) acciones
humanas para mostrarlas al espectador en el escenario, con el objetivo de
que éste se vea allí representado.
El hecho representado debe conmover
a los espectadores porque éstos, sólo conmoviéndose participan de la escena;
pero además debe aterrorizarlos para que no caigan en los mismos errores del
protagonista; de ahí esa ampulosidad y esa máxima tensión en las fórmulas
expresivas que caracterizan al género.
Tratándose de una forma nacida de la
religión, la relación con el público, o sea, aquellos sobre los cuales la
tragedia debe realizar una función didáctica, es de gran importancia. Como el
público a su vez se siente asistiendo a un espectáculo vinculado a su religión,
se realiza sobre él una acción sugestiva, que lo lleva a compartir como
realidad vivida, la culpa y el castigo que se desarrollan en la acción
dramática. Esta participación sentimental es la sympatheia (“syn”= con,
junto; “pathos”= sufrimiento) que significa “compañero de sufrimiento” o
“sufriendo juntos”.
La más honda concepción de la
sympatheia es aquella, que considera que cada alegría o cada sufrimiento
vibra a través del universo, de modo tal, que con cada alegría o desgracia
individual, toda vida se alegra o sufre solidariamente. Este sentimiento
mostrado en escena despierta la compasión por los personajes y su destino; el
público “vive” lo que ocurre en el proscenio y viendo que todo error es
castigado, “siente” en forma relativamente real o ficticia, la culpa y el
castigo del personaje, como “su culpa” y “su castigo” real o posible.
El espectador experimenta este
sentimiento hacia el héroe, quien por lo tanto, debe ser noble y digno de
despertar respeto. Su desgracia debe ser ocasionada por un traspié
desafortunado o yerro. Por causa de éste, se desencadena la peripecia,
es decir el paso de un hecho a otro o bien, la mudanza súbita de
situación.
Experimentada la sympatheia se llega
a la catarsis, que es la descarga de aquellos sentimientos negativos que pueden
llevar al espectador a caer en culpa; es una suerte de purificación que
se realiza sin haber caído en ésta y que dispone a no cometerla, en virtud del
poder aleccionador del ejemplo simpáticamente vivido.
Vivida la catarsis, motivada por la
sympatheia , que hace experimentar la compasión y el terror, el público aprende
la sofrosine o moderación, la utilidad moral y religiosa de reprimir las
pasiones, de poner la razón por encima de la pasión, para no incurrir en hybris
y respetar la moira.
Luego de esto se produce la
anagnórisis o reconocimiento que puede ser de intriga o de acción sobre el
público; en este caso el espectador reconoce las limitaciones que como hombre
le corresponde aceptar para no ofender a los dioses. Aquí se efectúa la
transición de la ignorancia al conocimiento. Su hybris – orgullo, desmesura,
obstinación, ir más allá de los límites permitidos por los dioses – provoca
“Até” - ceguera espiritual del entendimiento- y lo impulsa a actuar en contra
de su Moira – destino- . De esto no se percatará sino hasta que sea demasiado
tarde.
La necesidad de que el público
simpatice con el personaje determina a éste desde el punto de vista moral. Dice
Aristóteles que el héroe no debe ser un malvado ni un hombre demasiado
virtuoso, sino que debe cometer un “yerro disculpable”, perdiéndose no por
delito sino por error. De forma que la culpa sin dejar de ser tal tenga una disculpa.
ESTRUCTURA
Y ELEMENTOS DE LA TRAGEDIA
El espectáculo comenzaba con un
anuncio de trompeta, después de las libaciones a los dioses, llamado proagón.
Seguía el prólogo sobre el longeión, que tanto podía ser monologado como
dialogado; conserva la característica de anteceder la entrada del coro. Este
preludio servía para orientar al espectador acerca del tema, del tiempo y del
lugar de la acción y para ubicarlo en la atmósfera trágica. El prólogo previene
o adelanta los acontecimientos en una especie de resumen programático, tal como
ya se hacía en la poesía épica. Por el título de la obra a representar y por lo
anunciado en el prólogo, el público sabía qué parte del mito o de la leyenda
debía refrescar en su memoria. La tragedia al igual que la épica carecen de
intriga, no de expectativa. La espera no es sobre qué va a pasar sino
cómo va a pasar. Luego entra el Coro en la orkestra por los pasillos
laterales de la escena, los párodos, de donde toma el nombre esta primera
entrada. De tres en tres o de cinco en cinco, precedida cada fila por un oleuta
o flautista y dirigidos por el corifeo, que escande versos, los coreutas se
dirigen , con paso de marcha, hacia el centro de la orkestra. Se dividen luego
en dos partes, una a cada lado del altar o thymele y se inmovilizan frente a
las escena. En tiempos de Esquilo, salvo en su primera obra, ya el coro había
reducido su número de 50 componentes a 12, luego Sófocles lo elevará a 15
integrantes. Sus pasos, figuras y gestos constituían un comentario coreográfico
de los sentimientos que el canto expresaba. Por último el párodos servía para
definir al Coro, justificar su presencia y explicar su relación con los
personajes.
A esta entrada del coro le seguía el primer episodio que significa la
parte del drama que tiene lugar entre dos intervenciones de aquel. Aparecen los
actores y dialogan ya entre sí, ya con el corifeo que lleva la voz cantante del
coro. Los episodios son tres, generalmente de donde deriva junto con el prólogo
y el epílogo, la forma dramática renacentista en cinco jornadas. En los
episodios se desarrolla el drama, etimológicamente, acción; pero esta es lucha,
agón, de donde toman nombre los personajes y no los actores: protagonista,
deuteragonista y tritagonista.
Al episodio le sigue el estásimo o estásima (acto de detenerse), donde
el Coro en la orkestra se divide en estrofa y antiestrofa. Canta alternadamente
la emmeleia, la skinnis o la tyrbasis, según sea el canto doloroso, burlón o
perturbador. A veces se remataba la antiestrofa con un épodo o último verso.
Estos intervalos de la acción incitan a la modificación interna del
espectador como la de los personajes que pertenecen a la escena. Y se
cierra con el Éxodo, que es la salida del Coro.
PENSAMIENTO
DE SÓFOCLES
Se trata de
un escritor profundamente religioso; sus obras ilustran el poder de los dioses
y su acción sobre la vida humana. Para Esquilo los dioses y el mundo
evolucionan hacia el bien y en toda desgracia enviada por los dioses subyace
una culpa, que es considerada como castigo divino. Por lo tanto, los dioses
hacen justicia. Sin embargo, Sófocles responde al pensamiento religioso
tal como aparece en Homero (no en vano es considerado como el más homérico de
los trágicos) y tiene su mismo realismo, su misma pesimista serenidad para
presentar el mal y el sufrimiento que los dioses consienten en la vida del
hombre. Él tiene una manera muy semejante a la de Homero de mostrar la
acción divina, que se realiza sin amor ni piedad, de acuerdo a la voluntad de
un orden preestablecido. En las obras de Sófocles vemos a las divinidades
ayudando o no al hombre, pero sin que ninguna regla pueda determinarse respecto
a cuáles son los hechos en que se recibirá la ayuda de los dioses y
cuáles no.
Ma. Rosa
Lida dice que Sófocles no expresa nunca claramente cuál es la culpa que
motiva la tragedia: no expresa por qué es tan cruel la suerte de Edipo, pinta
solamente esa crueldad. Tiene muy viva la conciencia de que el hombre está
rodeado por fuerzas extrañas, impenetrables y fatales que determinan su vida.
Los dioses son dueños del hombre y su destino, como lo muestra en forma
ejemplar “Edipo – rey”. Pero estos dioses no son justos y solícitos sino que
son incomprensibles para el hombre y sus vías son inescrutables. Edipo es
valiente, generoso, recto e insaciable en la búsqueda de la verdad y sin
embargo, Sófocles muestra su destino como el más injusto y amargo de la
tragedia griega; no está determinado ni por la lógica, ni por la moral, ni por
la justicia humana.
Son
numerosos los textos de Sófocles que permiten afirmar que el poeta cree en la
existencia de leyes divinas que constituyen el orden del mundo, pero éste puede
responder o no a los términos de la moral humana. El orden puede quebrarse por
un acto culpable como el de Clitemnestra y Egisto al matar a Agamenón -esposo y
rey -, para vivir el amor y usurpar el trono de Micenas. Pero puede alterarse
también por un error, por un acto de desconocimiento e ignorancia; y esto
no hace mayor diferencia, el orden debe restablecerse de todos modos, y
aquellos que lo alteren moralmente culpables o inocentes serán sacrificados de
la misma manera.
Para Jaeger
lo trágico del teatro de Sófocles consiste en “la imposibilidad de evitar el
dolor” puesto que el mundo trágico de este poeta no basta con no ser culpable
para eludirlo. La caída del héroe en el dolor no revela una culpa sino el
carácter ineludible del destino que los dioses asignan a los hombres. Según
Jaeger, “a través del dolor se produce el autoconocimiento trágico que en casos
como el de Edipo llega hasta la comprensión de la inutilidad de la fuerza
humana y de la felicidad terrena”. Justamente los personajes de Sófocles
alcanzan su mayor grandeza por la intelección de su pequeñez y por la fuerza de
su sufrimiento.
Según Ma.
Rosa Lida, lo que podría enseñar la tragedia de Sófocles es que en las
enmarañadas peripecias de una vida entera, existe un diseño que sugiere la
presencia sobrehumana, que parece haber ordenado al mundo y a la vida del
hombre, en una forma previa no caritativa. No podemos decir que para esa fuerza
el hombre no cuenta, puesto que, por el contrario, situaciones como las
que le acontecen a Edipo muestran hasta qué punto los dioses actúan sobre
el hombre. Lo que parece dejar absolutamente indiferentes a los dioses,
es aquello que preocupa más a los hombres: la obtención de la felicidad. En el
teatro de Sófocles hay dos mundos que se interfieren continuamente, pero
sin confundirse: el mundo divino y el mundo humano. El primero incide en las
vidas humanas pero jamás se modifica; la ley divina llega a tener a fuerza de
fijada, un carácter pétreo; en cambio, el mundo del hombre, cuando sobre él
actúan las fuerzas terribles de lo divino se desquicia, se distorsiona, pierde
las leyes que se habían dado en el uso de una libertad, que en realidad, no le
pertenece y se hunde en el sufrimiento y en la muerte, víctima de su elección
contraria a los dioses. El mundo de los hombres es insignificante con respecto
al divino, por más que él pueda encerrar una positiva grandeza humana.
Pese a este
pensamiento religioso de Sófocles, el hombre ocupa el primer plano en sus
tragedias. Los dioses gravitan sobre su vida, la salvan o la condenan pero para
la escena y para la acción aparecen lejanos. A primera vista el carácter dirige
la acción. Justamente la mayor ironía trágica que muestra Sófocles en obras
como “Edipo – rey”, es cuando en el desenlace se descubre, que no era en
realidad el hombre sino los dioses o el destino los que señalaban los
caminos. Aún en las obras que como Edipo, el sufrimiento y la perdición, no
nacen de la voluntad consciente del hombre, sino que le son impuestos por el
destino; es el carácter del héroe el que explica desde un punto de vista humano
el curso de los acontecimientos. Un oscuro poder empuja a los hombres al dolor,
a cometer hechos, que a veces sin ser culpables desencadenan su desgracia. Lo
general es que la divinidad pone en ejecución un plan del cual el hombre es
sólo un instrumento.
Sófocles es
uno de esos hombres específicamente religiosos a quienes basta con percibir la
voluntad de los dioses para adorarla y pedirle a los demás que la adoren; no
necesita ninguna justificación de esa poderosa voluntad en relación con los
conceptos de moral y bondad humanas. Rara vez deja escapar de uno de sus
torturados personajes un grito acusador; en la mayoría de los casos ellos
renuncian a penetrar los últimos designios de la voluntad divina y el poeta
procura tanto por prudencia religiosa, como por motivos artísticos, dejarlos
envueltos en una especie de penumbra. La majestad de los dioses permanece en el
fondo del drama con todo su inmenso poder pero sin mezclarse
familiarmente con la acción humana. Mientras tanto, el individuo está obligado
a servir con sus sufrimientos a fines que puedan volverse en su contra, como en
el caso de Edipo; o los suyos como Electra; esto es para Sófocles la dura ley
propia de la condición humana.
Bibliografía
"El hombre trágico de
Sófocles" en Werner Jaeger en Paideia: los ideales de la cultura
griega.
“Introducción al teatro de Sófocles”
Ma. Rosa Lida de Malkiel. Ed. Paidós
"EDIPO REY" DE SÓFOCLES DIÁLOGO EDIPO- TIRESIAS
La adivinación en el mundo griego
LA ADIVINACIÓN, en griego, “mantiké” se aplica con
mayor precisión a la adivinación intuitiva, inspirada, pues parece pertenecer a la
misma familia que manía (locura, éxtasis) y mainás (la ménade). Esta es también
llamada natural y corresponde a la de los profetas y profetisas (sibilas,
pitias). Al adivino se lo denomina “mantis”.
Pero los griegos también
conocían la adivinación inductiva o
artificial, basada en la observación hecha por el adivino de diversos
fenómenos considerados como signos evidentes de la voluntad divina.
Presagios
-
Prodigiosos,
se consideraban signos temibles.
-
Atmosféricos,
la lluvia, el trueno son signos de Zeus.
-
Visuales,
cualquier encuentro inesperado por la mañana son signos de buen o mal augurio.
-
Acústicos,
cualquier palabra, grito o sonido inesperado es un “kledón”, un presagio
auditivo, susceptible de interpretación.
-
Fisiológico, cualquier movimiento
involuntario, tiene un significado. Ej. epilepsia (enfermedad sagrada), el
estornudo, el zumbido de oídos.
-
La ciencia de los pájaros, u ornitomancia
(órnis, oionós significa presagio). Las aves por su rapidez, precisión, etc.
actúan como instrumentos al servicio de la divinidad. Ella les imprime
determinados movimientos, vuelos, gritos, etc. Por esto, Eurípides llama a los
pájaros, mensajeros de los dioses.
-
Hieroscopia es un método de adivinación,
quizás proveniente de Etruria, que consistía en examinar las vísceras de
animales recién degollados para deducir las indicaciones de la voluntad divina.
-
La oniromancia es intermedia entre la
adivinación intuitiva e inductiva. Es una antigua creencia que ve en algunos
sueños revelaciones divinas. La muerte inminente también desarrolla las
facultades adivinatorias.
-
Los métodos más válidos eran los de la
adivinación inspirada, extática, mediante la cual una persona recibía
directamente el mensaje de los dioses. Los profetas y profetisas, en estado de
éxtasis o “entusiasmo” (posesión divina) pueden revelar los deseos de Zeus,
transmitidos- en especial- por su hijo Apolo, el dios de la adivinación por
excelencia.
"EDIPO- REY" DE SÓFOCLES - DIÁLOGO EDIPO- TIRESIAS
"
TIRESIAS (Mitología griega) Adivino
tebano, hijo de Everes y Caricla. Era ciego y sobre el origen de su ceguera hay
varias versiones:
1- Los dioses lo
privaron de la vista por descubrir a los hombres los secretos del Olimpo.
2- Tiresias
sorprendió a Atenea bañándose y la diosa le cegó, dotándole de un oído muy
sensible que captaba el lenguaje de los pájaros.
3- En la última versión, Tiresias sorprendió a dos serpientes apareándose,
las separó y entonces Hera lo convirtió en mujer. Siete años más tarde, Tiresias
volvió a ver a las serpientes en circunstancias similares, y entonces Hera le
hizo recobrar su sexo. Esta experiencia única hizo que Zeus y Hera recurrieran
a él como árbitro en una discusión sobre quién experimentaba más placer sexual.
Cuando Tiresias afirmó que el hombre experimenta una décima parte del placer
que la mujer, Hera, indignada, lo castigó dejándolo ciego. Zeus, sin embargo,
le otorgó el don de la profecía y una larga vida. El significado esencial de la
figura de Tiresias reside en su papel de mediador: gracias a sus dotes
proféticas, media entre los dioses y los hombres; por su condición andrógina,
lo hace entre hombres y mujeres; y por la excepcional duración de su vida,
entre los vivos y los muertos.
UNIDAD I
– CONTEXTUALIZACIÓN HORACIO
Divisiones
de la literatura latina (Según
R. Lallier y H. Lantoine “Literatura latina”)
La
historia de la literatura latina puede dividirse en tres períodos principales,
que han sido precedidos por una época primitiva, la época de los orígenes,
que se extiende desde el 754 A.C. hasta el 240 A.C. (siglo VIII A.C. s. III
A.C.) De esta época no queda casi nada: fórmulas de oraciones, textos de leyes
o de tratados, inscripciones, etc. pero estos documentos no tienen ningún valor
literario.
I.
El primer período, de formación, se
extiende desde el 240 A.C. hasta el 80 A.C. (Siglo III A.C. al I A. C.) Fuera
de las obras de Plauto y Terencio, sólo
se conservan de este período algunos fragmentos.
II.
El segundo período, de perfección, va
desde el 83 A.C. hasta el 14 de la era cristiana (Siglo I A.C. al I de nuestra
era) y subdivide en dos partes:
·
Siglo de Cicerón (83 al 43 A.C.)
·
Siglo
de Augusto [43 A.C. (siglo I A.C.) al 14 de la era cristiana(siglo I, de
nuestra era)]
III.
El tercer período, de la decadencia,
comienza con la muerte de Augusto y se detiene a la caída del Imperio Romano de
Occidente (14- 476 después de Cristo), subdividiéndose en tres períodos
de importancia y duración desiguales:
1. Período
de los emperadores de la dinastía juliana (14-68)
2. Los
emperadores Flavios y Antoninos (69-180)
3. De la
muerte de Marco Aurelio al fin del imperio (180-476).
Salvo
algunas excepciones la literatura latina no ha hecho más que imitar a los
griegos. Han sido excelentes discípulos pero han sabido conservar y
transmitir después de ellos a los pueblos modernos lo que habían
aprendido de sus antecesores. Estudiando la historia de su literatura no se
deben perder de vista estas dos ideas:
1.
Es la literatura de un pueblo que exaltaba la utilidad, la acción, la prosa y
un sentimiento literario adquirido por imitación y esfuerzo. En lugar de
exaltar la belleza, la contemplación, la poesía y sentimiento literario innato.
2. Esta literatura
consideraba como de “segunda mano” tiene sin embargo, una grandiosidad majestuosa;
colocada entre Grecia y los tiempos modernos, recibió de la primera el depósito
que transmitirá a los segundos, después de haberlo enriquecido – como
corresponde a un pueblo conquistador y dueño del universo-. Sin ella la cultura griega, a juzgar por
las apariencias, hubiera sido condenada a perecer.
SIGLO DE AUGUSTO (43 A.C. al 14 D.C.)
Después de tantas
agitaciones, Roma conoció al fin el reposo. La era de las guerras civiles ha terminado. Pero esta paz
es pagada por los romanos al precio de su libertad. Augusto quiere condenar a
su pueblo a la servidumbre; en realidad, todo el poder está en manos del
Emperador; él decide todo, como antes lo hacía el senado y el conjunto de
ciudadanos.
Este cambio en el
gobierno trae un cambio en las costumbres. La
literatura ocupará entre los romanos, el lugar que tenía la política. El
imperio les producía grandes ocios, debía procurar algo para llenar ese tiempo.
Augusto lo había comprendido bien y por ello se hizo protector de las
letras. Fue secundado en esto por su consejero Mecenas, que preside como
él, el desarrollo que toma la poesía romana.
Roma por primera vez
tiene un siglo literario, en la acepción más restringida de la palabra, porque
el siglo precedente que había producido tantos y tan bellos genios, consideraba
a la literatura como algo secundario y colocaba a la política por encima de
todo. La prosa – importante en épocas
anteriores- pasa a un segundo plano, en cambio, la poesía domina. La
literatura ya no es militante sino un lujo y un adorno de la sociedad romana.
Dos de los escritores más importantes de este período fueron: Virgilio,
autor de La Bucólicas, La Geórgicas y de La Eneida y Horacio.
HORACIO
Horacio no ha pasado su
vida en un alejamiento estudioso como Virgilio. Él tomaba parte en los placeres
de Roma, muy buscado en esta sociedad letrada y elegante, a la que sabía
halagar y divertir a la vez, prestándose gustosamente a todas las invitaciones
que le eran prodigadas, dividiendo su tiempo entre estudio, festines y largas
vagancias por la ciudad. Fue presentado a Mecenas por Virgilio, con quien
estableció una profunda amistad. Muy pronto se vinculó al emperador y a los
personajes más poderosos de su tiempo.
Fue considerado el más notable poeta lírico romano de su
tiempo y más; introdujo la lírica en Roma, aunque antes que él Cátulo había
incursionado en el género, y con éxito. En
sus Odas canta con un tono
ligero, la vuelta de la primavera, los años que huyen, el dulce encanto de la
amistad; sin embargo, no se ha limitado a este género de poesía íntima, sino
que ha tratado temas más elevados: las victorias de Augusto, los grandes
recuerdos de las guerras de la República, la glorificación de Roma como dueña
del mundo, el amor a la patria, el respeto a los dioses, el culto al hogar; en
sus poesías se siente una especie de entusiasmo impuesto, para apoyar las
reformas sociales de Augusto pero además, hay valores poéticos. También
escribió Sátiras y Epístolas, es decir poesías morales, con verdadera
superioridad.
La poesía latina alcanza
con Horacio su mayor grado de perfección formal ajustándose a una métrica más
rigurosa que la utilizada por sus predecesores, el poeta escoge como modelos
predilectos a Arquíloco, Safo, Alceo y Anacreonte pero su poesía no pierde con
ello el carácter netamente romano. Logra así la conjunción ideal entre el arte
griego y el temperamento romano.
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Bibliografía:
“Literatura griega y latina” A. Croiset, R.
Lallier y H. Lantoine
“Introducción a las literaturas griega y latina”
Héctor Galmés. E. Banda Oriental
“Historia de la literatura latina” E. Bignone . Ed.
Losadan
“Horacio” Capítulo Universal
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TEATRO ISABELINO
En
este tiempo (reinado de Isabel I de Inglaterra hasta fines del siglo
XVI)la corte es fastuosa, la burguesía se enriquece velozmente, hay
hambre de saber, grandes descubrimientos marítimos; es la época de
señores instruidos amigos de las letras, período que favorece la
colección de grandes obras en todos los campos del conocimiento.
El
engrandecimiento súbito de la tierra creó en las almas una variable
dependiente de éste, porque los hombres que vibraban al unísono de los
hechos quisieron abrazar los extremos del bien y el mal. De la misma
manera que los conquistadores querían descubrir tierras; los poetas
deseaban encontrar nuevas dimensiones a la vida y al alma humana.
Hubo
un gran auge de escritores y la mejor forma de exteriorizar las formas
de existencia, las emociones humanas y los diversos caracteres la daba
el teatro, de ahí su apogeo. Este pintó toda la gama de sentimientos, de
emociones, y los dramaturgos trataron de superarse ente sí, sin
cuidarse de dónde tomaban sus elementos sino de cómo los transformaban,
lo que explica la variada influencia del teatro isabelino: italiana,
francesa, escandinava.
Las
obras seguían la estructura clásica en lo relativo a actos y escenas;
se empleaba el verso, aunque a menudo se intercalaba la prosa; se
recogían recursos escénicos de Séneca, Plauto y la Commedia dell´ Arte;
se mezclaban tragedia, comedia y pastoral. Se combinaban diversas
tramas; las obras extendían su acción a través de grandes márgenes de
tiempo y espacio; convivían personajes de la realeza con personajes de
las clases bajas; se incorporaba música, danza y espectáculo. Se
mostraba violencia, batallas y sangre. Los temas de las tragedias solían
ser más históricos que míticos y la historia era utilizada para
comentar cuestiones del momento. Las comedias eran frecuentemente
pastoriles e incluían ninfas y magia. Las obras se representaban durante
los meses más cálidos en teatros circulares ya la aire libre.
Todo
es bueno para pintar la época, razón por la cual el teatro hace
desfilar en un tumulto los instintos humanos manifestados en asesinatos,
incestos, raptos, dudas, celos, ambiciones. Este desborde de pasiones
dura casi 70 años. Los artistas geniales surgen de todos los ambientes:
de la choza del albañil, como Ben Jomson, Marlowe o Sydney. En toda
Europa este tiempo es de riqueza literaria: mientras Francia e Italia se
aprestan para el Clasicismo; Inglaterra y España pintan sus modalidades
propias con espontáneo lenguaje, bello y vigoroso que en una crea el
teatro de Shakespeare y en la otra el de Lope de Vega o Cervantes.
España
e Inglaterra se parecían en esta época por su rudeza, por su
imaginación, por su originalidad, por su pasión, por su desarrollo
intelectual, por la energía de sus convicciones y porque poseían la
misma capacidad de expansión que hizo de ambas, aunque en épocas
diferentes y una a expensas de la otra, las dos naciones colonizadoras
más fuertes de la época.
El
teatro de Shakespeare fue en Inglaterra la cumbre de poesía y pasión
que reunió en sí todo el mundo de maravilla diseminado entre los otros
escritores.
EL
TEATRO En Inglaterra el teatro tuvo mucha importancia en esta época.
Había gran cantidad de elencos artísticos, pensionados por grandes
señores y muchos teatros como el Globo, del que Shakespeare llegó a ser
copropietario, en las afueras de la ciudad. Cada representación reunía
gran cantidad de público de todas las esferas sociales que aplaudían con
frenesí e impulsaban a los actores a afanarse en su trabajo. Cada
persona veía en la representación lo que mejor le llegaba: a unos el
refinamiento literario, a otros, las emociones violentas y a muchos, el
payaso.
El
edificio material del teatro estaba compuesto por galerías y por un
gran patio para el público. La escena estaba en el patio y constaba de
una grana plataforma para representar los exteriores y de otra parte
trasera que se cubría con cortinas, para representar los interiores.
Existía un área para estar de pie destinada a las clases bajas. Tenía
gran penuria de decorados: un mostrador para una tienda, un sillón para
representar el palacio del rey, que no variaban nunca. Toda la
importancia reposaba en el texto de la obra y el peso del espectáculo
descansaba en los actores, cuyo esfuerzo era extraordinario. El público
de acuerdo con ellos y con el autor suplía con su imaginación la pobreza
del escenario. Tampoco había bastidores. Se contaba con algunos
accesorios y paneles. El estilo de interpretación en lo principios del
teatro isabelino era exagerado y heroico como las obras mismas pero en
los tiempos de Shakespeare ya existía un estilo más natural y
contenido. En los meses fríos las obras se montaban en teatros privados
para un público de elite.
Shakespeare
utiliza todos los recursos del idioma para crear la atmósfera de sus
obras e incluso empleaba- debido a su conocimiento de arte escénico-
artificios pirotécnicos para figurar por ejemplo, una tormenta. También
amaba la riqueza de los trajes.
Después
de la muerte de Isabel I , el teatro como reflejo del clima político y
social se volvió más oscuro y siniestro y la comedia se tornó cínica. Se
desarrolló un teatro de corte., la mascarada, que presentaban historias
alegóricas con música y danza, parecidos a los intermezzi italianos y
los ballets franceses. En 1642 estalló la guerra civil y el Parlamento,
bajo el control de los puritanos, cerró los teatros hasta 1660.En esta
época la mayoría de los teatros fueron destruidos y con ellos la mayoría
del teatro inglés del Renacimiento.
Cuando
se volvieron a producir obras de teatro tras la restauración de la
monarquía, se construyeron pocos teatros nuevos basados en modelos
franceses e italianos. La plataforma isabelina fue conservada pero se
combi9nó con decorados y juegos de perspectiva italianos. Se permitió
la entrada al escenario de las mujeres por primera vez desde la Edad
Media.
TEATRO GLOBO - DE WILLIAM SHAKESPEARE
https://youtu.be/onhFjnLR1tM
APORTES AL ANÁLISIS DE "MACBETH" DE W.SHAKESPEARE
Fuente: "Shakespeare" de Tabaré Freire. Ed. del Partenón



OTROS APORTES SOBRE LA OBRA DE W. SHAKESPEARE
"Macbeth" de William Shakespeare
Las Brujas en la acción dramática
de “Macbeth”
Las brujas en “Macbeth” representan al destino, pero además tienen
vida propia independiente del desarrollo
dramático. Son fuerzas del mal, agentes creadores del clima de la tragedia.
Puede incluírselas como parte de lo maravilloso del drama, destinado a crear un
clima de horror; pero como elemento simbólico, son utilizadas por el autor para
informar al espectador sobre la oculta acción del destino. Estos seres
sobrenaturales son presentados en la
obra de acuerdo a las ideas de brujería, que Shakespeare encontró vigentes en la época.
Algunos críticos ven en las
brujas representación del destino que Macbeth no tiene poder para resistir.
Otros ven la representación simbólica de la culpa inconsciente o a medias
consciente del propio protagonista. Pero la objeción a esta posición clásica es
que no siempre se cumple en la obra.
Las brujas como seres
sobrenaturales provocan transformaciones atmosféricas, según las
supersticiones populares y aparecen
acompañadas por espíritus con apariencia de animales. Se creía que habían
recibido sus poderes de malos espíritus.
Las palabras de las brujas son
proféticas y éstas son capaces de despertar el mal que está en Macbeth. Es
importante destacar que la ambición, la maldad, el deseo de poder están
presentes en el protagonista, con tanta fuerza, que las profecías de las brujas
encuentran en él, tierra fértil para plasmarse. Ellas buscan al ser humano para
concretar el mal, pero necesitan la disponibilidad del hombre.
Fuente: Extracto de "Shakespeare" de Guido Castillo
MAPAS BÍBLICOS
Línea de tiempo bíblica desde la Creación hasta el Apocalipsis.https://youtu.be/SNC0KZ6PTDw
Literatura
bíblica
El pensamiento religioso hebreo
Introducción
El pensamiento religioso del pueblo hebreo constituye
el contenido principal de la Biblia, por lo tanto conviene esclarecer sus
líneas fundamentales.
Cuatro notas caracterizan esta concepción religiosa:
a) Monoteísmo;
b) Alianza;
c) Moral
d) Mesianismo.
Veamos, de estos cuatro aspectos, dos de ellos en
especial:
Monoteísmo
En torno a este punto se plantea el primer problema.
Los partidarios del evolucionismo religioso juzgan que el pueblo hebreo fue, durante
siglos, monolátrico pero no monoteísta. Yahveh no habría sido el único dios,
sino el dios al que se adoraba con exclusión de los demás, la divinidad
nacional a la que se rendía culto, pero no el solo Dios. Según esta teoría, el
pueblo hebreo fue primero idólatra y politeísta, luego enólatra (culto al dios
del pueblo, religión nacional) y, por último monoteísta. La historia de las
religiones en su estado actual, considera el monoteísmo como forma primordial;
el politeísmo y la idolatría serían degradaciones de un concepto religioso
superior y más antiguo.
Mientras el evolucionismo supone un sucederse de
etapas de progresivo perfeccionamiento, la crítica religiosa moderna considera
que, aun las más avanzadas ideas religiosas se encuentran, como en germen,
comprendidas en los más antiguos planteamientos. La voz de los Profetas y de
los conductores de Israel fue, en el transcurso de la historia desentrañando
ese contenido, poniéndolo en evidencia y esclareciéndolo según las necesidades
del pueblo de acuerdo a la guía de Yahveh. El advenimiento de Jesús habría sido
la suprema revelación a cuya luz se iluminaba el cuadro entero, la clave para
comprender el mensaje.
Alianza
Si puede haber discrepancias en torno al alcance de la
expresión Yahveh, Dios de Israel, no las hay en la interpretación de la otra
que le es simétrica y correspondiente: Israel es el pueblo de Yahveh. Esta
identificación descansa en la idea de pacto o alianza entre la Divinidad y el
pueblo elegido por ella, cuya primera formulación encontramos en el libro del
Génesis, en la historia de Abraham.
Las ideas fundamentales que este
pacto encierra son: a) de parte de Yahveh: protección y ayuda constantes,
simbolizadas en la bendición, la concesión de la tierra prometida, una
descendencia numerosa como las arenas del mar y las estrellas del cielo, y el
señorío sobre las demás naciones; b) de parte de Abraham: la fidelidad y el
acatamiento a la voluntad de Yahveh. El rito de la circuncisión, que vierte la
sangre del varón, sería la señal externa del pacto por la que cada descendiente
de Abraham entra a tomar parte de su herencia y acepta su obligación frente a
Yahveh.
Este pacto fue formulado por segunda vez
en Egipto y es la reiteración de la alianza con Abraham, que luego se explicita
y ratifica solemnemente en el monte Sinaí, cuando Moisés entrega una estela con
la ley de Yahveh, a cada una de las doce tribus de Israel. Esta fue la señal externa de la Alianza. En el
correr de la historia, las grandes figuras y los más importantes acontecimientos
de Israel dieron realce al pacto, esclarecieron los deberes que imponía, y
afirmaron su esperanza en la fidelidad de Yahveh. Los Profetas fueron los
defensores de la Alianza y los campeones de los derechos de Dios.
La tercera manifestación del pacto, también
llamada Nueva Alianza porque innova sobre la Antigua, extiende los privilegios
de Israel a los hombres de todos los pueblos, y se encuentra narrada en los
Evangelios. Esta nueva formulación se realiza en la persona de Jesús y también
se sella con la efusión de sangre, en el monte Calvario.
Moral: Esta no es una consecuencia de la
religiosidad, sino uno de sus elementos constitutivos. Yahveh es el autor del
hombre y tiene derechos sobre él. Por eso es legislador y su ley es santa y
ordenada a la salud y la felicidad del individuo en la sociedad.
La Ley es
solemnemente proclamada en el Sinaí y consta de varios mandamientos. Estos son
una formulación ordenada de preceptos religiosos y morales conocidos por
el pueblo. Los primeros conciernen a la conducta frente a la religiosidad, los
otros rigen las relaciones del hombre consigo mismo.
Se prohíbe
el politeísmo, la idolatría, vana invocación del nombre de Dios. Se impone
honrar a los padres, se prohíbe matar, fornicar, robar, mentir, y calumniar y,
por último, codiciar los bienes ajenos, incluyendo a la mujer del prójimo. El
Decálogo son los preceptos base de la moral hebrea y cristiana.
El pueblo
recibió a través de Moisés un completísimo código que regula todo lo referente
a la vida colectiva, nacional y familiar, la organización política y al
culto religioso.
Mesianismo: Comprende dos creencias fundamentales: a) la del
futuro advenimiento de un Mesías. B) el papel rector de Israel sobre los demás
pueblos.
El Mesías y
su advenimiento no son consecuencia de la elección de Israel y del pacto, sino
su misma finalidad, su razón de ser.
El Nuevo
Testamento (N.T.) resume la esperanza mesiánica de Israel y vaticina su
cumplimiento en el niño que María y José presentan en el Templo de Jerusalén.
Este niño, Jesús de Nazaret, luego dividiría definitivamente a los hebreos,
pues si unos lo condenan y crucifican por blasfemo, otros lo siguen y lo adoran
como al anunciado Mesías.
·
Los nombres
de Dios: Los más
usados son Yahveh (“soy el que soy”), Elohim (“dioses hizo”), Adonai (“el
Señor”), El Sadday (“Todopoderoso”).
Tomado y adaptado de: ARGENZIO, María
del Socorro: Literatura bíblica
INFORMACIÓN GENERAL DE BIBLIA
Denominación
La voz Biblia, nombre femenino y singular en la
mayoría de las lenguas modernas, es neutro y plural en la forma griega de la
cual procede. En su origen, significó los libros. Hoy se lo emplea como un
superlativo excepcional: el libro o libro de los libros, es decir, el libro por
excelencia. También, y atendiendo a su valor religioso, se la denomina Sagradas
escrituras y Libro santo. Los hebreos, por su parte, la llamaban TNK, letras
iniciales de los nombres de los tres grandes grupos en que distribuían los
libros: Torah, Nebiim, Ketubiim, es decir, Ley, Profetas y Otros escritos.
Características
Es una obra múltiple pues consiste en una colección de
muchas otras de diferentes épocas, autores y géneros, escritas en varias
lenguas; sin embargo, todas ellas logran una unidad que permite considerarlas
no como libros totalmente independientes sino como partes armónicamente
trabadas de un todo. Los autores, de variada cultura y tendiendo a distintos
fines, trataron diversos temas, en prosa y en verso, y sus obras tienen las
características personales de su estilo y las peculiares de su época.
Ubicación
Si bien la Biblia pertenece a la literatura hebrea, no
deben confundirse algunos conceptos: el de literatura hebrea es mucho más
amplio, pues comprende todas las manifestaciones literarias del pueblo hebreo
durante las diferentes etapas de su historia, mientras que la Biblia es solo
una parte de esa literatura, seguramente la más famosa e importante: la
literatura sagrada. En síntesis, la Biblia es la colección de los libros
sagrados de la literatura hebrea compuestos en diversas épocas y por diversidad
de autores y en lenguas distintas, cuya unidad la da el carácter sagrado de los
mismos.
Unidad – Inspiración
La Biblia es el libro sagrado del pueblo hebreo y
conserva ese carácter para los grupos religiosos enraizados en la religión
hebrea, como lo son los cristianos de las diversas confesiones (católicos,
protestantes y ortodoxos).
Precisamente, lo que hace la unidad interna de los
libros que la componen es un valor religioso especial: la inspiración.
Literatura religiosa es aquella de asunto religioso, mediante
la cual el autor habla de Dios o con Dios; por ej., Prometeo encadenado de
Esquilo, un auto sacramental, del Siglo de Oro español; la poesía mística de
San Juan de la Cruz.
Literatura inspirada sería aquella por la cual, y a
través de la obra de un hombre, Dios habla al hombre o se comunica con él.
Ejemplos para las respectivas religiones: los Vedas de la India, el Corán de
los mahometanos, la Biblia. Cuando el texto trasmite, además, alguna enseñanza
que el autor no hubiera podido conocer por medios puramente humanos, se dice
que es revelado.
De acuerdo con las consideraciones anteriores, la
Biblia es literatura religiosa, y hebreos y cristianos la consideran su libro
sagrado, inspirado por Dios y vehículo de su revelación.
Las características de esta inspiración y su alcance
varían según las diversas religiones, pero podríamos encontrar una fórmula
común para explicarlas y que fuera aceptable por todos: el autor inspirado es el instrumento mediante el cual se expresa Dios a
través del tema, del género y del estilo, que constituyen el aporte del
escritor. Tema, género y. estilo reflejan sus características personales y
las que son comunes al género que cultiva y a la época en que escribe y que,
por tanto, varían de un libro a otro. El autor, a veces, es, consciente de esa
asistencia divina y lo manifiesta:
Díjome entonces: "Hijo del hombre, ve, llégate a
la casa de Israel y pronúnciales mis palabras"…Ezequiel, 3,4
Pero, la mayoría de las veces, es la autoridad
religiosa quien define cuáles libros son inspirados y cuáles no, basada en la
tradición y mediante criterios propios. Según esa misma autoridad, la
inspiración supone la imposibilidad, para el escritor, de errar o equivocarse
en la trasmisión del mensaje.
Lenguas.
Tres lenguas han sido usadas en la composición de la
Biblia: hebrea, aramea y griega.
La hebrea,
de origen semita, que fuera durante siglos una lengua viva, suplantada después
en el habla corriente por el arameo, se conservó como lengua sagrada. Hoy, el moderno
estado de Israel, le devolvió su condición primitiva al hacerla su idioma
oficial. Esta lengua tiene de común con las otras
lenguas semitas varias características: el núcleo de la palabra –su raíz– está
en las consonantes (generalmente en número de tres) que la constituyen; las
vocales no tienen otro valor que modificar el significado de la palabra, pero
siempre en el sentido que le confiere la raíz. Así, podemos ejemplificar:
Cuando esta lengua se fijó por escrito (se escribe de derecha a izquierda) solo
se escribieron las consonantes; las vocales correspondientes a cada caso se
conservaron en la tradición oral, y fueron fijadas tardíamente por los
masoretas[i] . Si bien el número de
raíces no es numeroso –alrededor de dos mil– la lengua se enriquece con las
múltiples formas que expresan otros tantos matices de la idea fundamental (el
paralelismo, por ejemplo).
El verbo es la base de la gramática hebrea: consta solo
de dos tiempos: el perfecto y el imperfecto, que son bastante imprecisos y de
uso indistinto; según los casos, el imperfecto equivale al presente, al
imperfecto o al futuro. Las modificaciones de la raíz, que se mantiene
incambiada, confieren a la acción indicada por el verbo una extraordinaria
variedad que compensa esta aparente pobreza.
MaLaK expresa la idea de reinar
MeLeK expresa la idea de rey
MoLeK expresa la idea de reinante
MaLKah expresa la idea de reina
Las
proposiciones son breves, muy simples, y se asemejan a las construidas por los
niños a causa de la ausencia de elementos que hacen compleja la sintaxis de
otras lenguas. Estas proposiciones repiten habitualmente palabras, incluso
nombres propios, y se enlazan mediante la conjunción y, que se reitera
continuamente. Abundan las voces onomatopéyicas, que son numerosas entre los
verbos, los que se vuelven así sumamente descriptivos. Todo esto da a la lengua
hebrea un carácter notabilísimo, porque la idea se manifiesta y se reitera sin
aditamentos artificiosos, lo que le confiere un gran valor expresivo. Al hebreo
de la Biblia se le llama hebreo clásico. No posee la riqueza del griego y del
latín, pues contiene menos raíces, escasas posibilidades para la formación de
palabras y mayor simplicidad sintáctica. Esto representa un obstáculo para la
expresión de ciertas ideas, especialmente las abstractas, y para la
construcción de períodos largos y flexibles. En cambio, sus oraciones breves,
directas, permiten un estilo vigoroso; el uso de múltiples procedimientos
literarios (repeticiones, contrastes, comparaciones, metáforas, hipérboles, y
el llamado paralelismo), dio a la lengua, a pesar de sus limitaciones
originales, valor estético y categoría literaria. La mayoría de los libros del
Antiguo Testamento fueron compuestos en hebreo.
El arameo fue una forma semita vulgar, que se difundió como lengua internacional
entre los pueblos de aquel origen, y llegó, en Palestina, a suplantar al hebreo
en el habla corriente. Era la lengua que se hablaba allí en tiempos de Jesús, y
en ella fueron compuestos fragmentos del Antiguo Testamento y, casi
seguramente, el primitivo texto del Evangelio según San Mateo.
El griego popular o koiné, hablado en todas las regiones influidas por el
helenismo, era la lengua internacional del Mediterráneo. En ella se compusieron
los demás libros del Nuevo Testamento y los llamados deuterocanónicos del
Antiguo escritos en hebreo o en arameo, pero solo nos llegó la versión griega.
El griego bíblico difiere del de otras obras contemporáneas por la presencia de
múltiples hebraísmos y por su adaptación a una manera de pensar y de decir más
hebrea que helenística. Por esto y por su contenido, los libros que lo usan,
están íntimamente relacionados con los demás de la Biblia en forma, pensamiento
y estilo, son considerados literatura hebrea y no manifestaciones literarias
griegas.
Composición – Canon
La diversidad de criterios para atribuir calidad de
inspirados a determinados libros y negársela a otros, proviene de
diferentes concepciones religiosas, incide en la composición de la Biblia y en
la selección de los textos que la integran. La gran división en Antiguo y Nuevo
Testamento se origina en esa diferencia. El AT es considerado como libro
inspirado por hebreos y cristianos, mientras que el NT lo es solo por los
últimos. En este uso bíblico, la palabra testamento significa alianza. Antiguo
Testamento significa antigua alianza y fue hecha por Yahveh (Dios) con el
pueblo hebreo en la persona de Abraham y luego explicitada y ratificada por medio
de Moisés, y a ella se alude constantemente en la Biblia. La segunda, la nueva
alianza, fue hecha por Dios con toda la humanidad en la persona de Jesús.
Cada Testamento comprende los libros relacionados, de
alguna manera, con una u otra. Aparte de esta doble agrupación de libros, el
concepto de inspiración genera otras divisiones, siendo la principal la que los
separa según cánones distintos (canon quiere decir vara de medir o regla).
Metafóricamente, y aplicado a la Biblia, designa el conjunto de libros que se consideran inspirados.
Para el AT existen los cánones llamados de Jerusalén o jerosolimitano y de
Alejandría, denominados también primero y segundo canon respectivamente y,
a partir de 1566, libros protocanónicos (del primer canon) y deuterocanónicos
(del segundo canon) a los comprendidos en cada grupo.
Canon hebreo
Comprende veinticuatro libros clasificados en tres
series: Torah (Ley), Nebiim (Profetas) y Ketubiim (los otros escritos). El
número de veinticuatro es artificioso, pues para obtenerlo se agrupan varios
libros en uno, lográndose así esa cantidad que corresponde a la de letras en el
alfabeto hebreo.
En las versiones modernas, que distinguen cada libro
por su nombre, este canon aparece compuesto por treinta y nueve libros. Su
ordenamiento es supuestamente cronológico, sin rigor excesivo; así, el Libro de
Rut se colocaba como apéndice del Libro de los Jueces pues la anécdota que
narra se ubica en la época de estos últimos.
La clasificación en Torah, Nebiim y Ketubiim señala
una diferencia en importancia, en veneración y, tal vez en fecha de
incorporación al Libro Santo. La Torah, que comprende el Pentateuco fue
considerada siempre como la parte sagrada por excelencia y, seguramente, fue la
más copiada y, la mejor conservada. Su lectura total se realiza durante el año
litúrgico hebreo. Desde la época de Moisés y por orden de este, parte de la
Torah, si no toda, se guardaba junto al arca de la alianza, símbolos ambos del
pacto de Dios con su pueblo
Otros momentos de la historia judía señalan la
renovación o reiteración de esa importancia: en el año 621 a.C., bajo el
reinado de Josías, en época de restauración religiosa, se encontró una antigua
copia de la Ley (se ignora si fue todo el Pentateuco o solo el Deuteronomio
(palabra griega que significa segunda ley) lo que dio ocasión a festividades
especiales, a nuevas copias y a una ratificación de su valor en la vida del
pueblo. El otro hecho es posterior al destierro y habría acontecido cuando
Esdras dirigía la reforma religiosa: según diversas tradiciones de variable
credibilidad, un consejo o asamblea de sabios presidida por Esdras, o este
solo, habría seleccionado, ordenado y clasificado según su importancia y en la
forma que han llegado hasta nosotros, todos los libros sagrados. El Sínodo de
Jamnia habría revisado, ratificado y completado este canon primitivo, hasta
dejarlo definitivamente clausurado en el siglo II d.C.
Canon de Alejandría
Si bien los hebreos tenían su centro cultural y
religioso en Jerusalén, Alejandría era el núcleo que agrupaba, habitual o
transitoriamente, a la mayor colonia judía de la diáspora es decir, a los que vivían fuera del
territorio nacional. Solo en el Templo de Jerusalén, a donde debían ir
anualmente, en peregrinación, los israelitas piadosos, se ofrecían sacrificios
y se realizaba el culto en todo su esplendor. La vida religiosa cotidiana se
mantenía en torno a las sinagogas que eran centros de estudio y de oración,
donde se conservaba, en regiones de influencia helenística, la lengua hebrea en
la lectura de los textos bíblicos y en la plegaria. Llegó, sin embargo, un
momento en que las nuevas generaciones de la diáspora[ii] ya no estaban capacitadas para
comprender la lengua sagrada y; entonces, se procedió a la traducción de los
Libros santos al griego. A esta versión
se la llama Alejandrina, Septuaginta o de los Setenta.
La ciencia moderna considera que la Septuaginta
utilizó traducciones fragmentarias anteriores, y que el orden seguido fue el
siguiente: primero, traducción de la Ley, la parte más usada en el culto, hecha
con mayor cuidado y perfección; segundo, traducción de los Profetas, que le
seguía en importancia, hecha con menos exactitud; y por último, versión de los
otros libros.
Los judíos poseían, entonces, dos versiones de la
Biblia: una en hebreo y otra en griego, siendo utilizada esta última no
solo en el extranjero; sino en la misma Jerusalén, en las sinagogas reservadas
a los hebreos no palestinenses. Ambas versiones difieren en el número de libros
que comprenden, en el ordenamiento de los mismos y en su clasificación; estas
divergencias provienen, como ya se ha dicho, del concepto de inspiración.
No hay que pensar, cuando se habla de fijación del
canon, en una serie de condiciones establecidas a priori y a las cuales debe
ceñirse un autor para que su obra se considere inspirada. El proceso es a la
inversa: la tradición religiosa, que distingue un libro como sagrado, y el uso
del mismo desde antiguo en la predicación y en la liturgia, afirman su calidad
de inspirado.
Luego, tardíamente, en época de dudas y de
controversias, la autoridad religiosa, tras un serio examen de acuerdo con sus
propios y especiales criterios, elabora la lista definitiva, basándose en el
doble testimonio tradicional y litúrgico. Tal lo sucedido en el Sínodo de Jamnia
(90-100 d.C.) donde los judíos fijaron el canon de libros sagrados de Israel, y
en el Concilio de Trento (s. XVI d.C.) donde la Iglesia Católica fijó el
suyo, usando para el AT la lista de libros aceptados por los judíos de
Alejandría.
Basado probablemente en la selección de Esdras –aunque
con variantes en el contenido textual– incluyó otros siete libros rechazados
posteriormente en el Sínodo de Jamnia como apócrifos (en el sentido bíblico
significa no sagrado, no inspirado). Dichos libros no se conocen sino a través
de la versión griega que pudo ser la original pero que, en algún caso, fue
traducción de un texto hebreo o arameo perdido. Esto influyó, probablemente,
para su exclusión del canon hebreo.
El canon alejandrino ordena los
libros según
su asunto, y los clasifica en Ley, libros históricos, libros proféticos, y
libros didácticos, sapienciales o poéticos.
Si tenemos en cuenta ambos cánones, el AT comprende
cuarenta y seis libros: los treinta y nueve del canon hebreo y los siete que
agrega el alejandrino.
Canon cristiano. La aparición de Jesús y la vinculación de su
doctrina con el AT, incorporaron a la Biblia otros veintisiete libros, que
forman el Nuevo Testamento. Siguiendo el
mismo criterio de clasificación del AT, podemos señalar, en este, libros
históricos, proféticos y sapienciales o didácticos.
Al producirse la escisión religiosa que divide a los
cristianos en católicos y protestantes, cada grupo adoptó un canon distinto
para el AT: los protestantes el jerosolimitano, y los católicos el alejandrino.
De ahí proviene la diferencia más notable de las versiones hebreas, católicas y
protestantes: los hebreos aceptan solo el AT y, de este, los treinta y nueve
libros cuyo origen hebreo está probado; y rechazados por los
hebreos; los protestantes aceptan esos treinta y nueve libros más los
veintisiete del NT; los católicos y ortodoxos admiten, además, los siete libros
incluidos en el AT de acuerdo al canon alejandrino.
Esquema de las diferencias entre los distintos cánones
Canon Hebreo Antiguo Testamento (24 libros ficticios, que en realidad son 39). Orden
cronológico.
Canon Alejandrino Antiguo Testamento (39 libros, más 7 considerados como
apócrifos; en total, 46 libros). Orden según su naturaleza.
Canon Cristiano (Antiguo Testamento + Nuevo Testamento)
Protestantes: Canon hebreo (39) más Nuevo Testamento (27)
Católicos: Canon alejandrino (46) más Nuevo Testamento (27)
Para los dos primeros grupos, los libros que se añaden
son espurios, apócrifos. Para los católicos, son apócrifos otros libros de
temas semejantes a los bíblicos (como el Evangelio de los Hebreos, el Evangelio
de los Doce apóstoles, el Evangelio de los Egipcios, el Evangelio de Tomás,
etc.) que juzgan como no inspirados y, en muchos casos, plagados de errores,
heréticos y, generalmente, tardíos, es decir, muy posteriores a los hechos que
narran.
Géneros literarios y clasificación de los
libros bíblicos
Antiguo Testamento
La tradicional clasificación en géneros –lírico, épico y dramático– procedente de la poesía
grecolatina, completada luego con otras formas poéticas accesorias, no es de
ninguna manera aplicable a la literatura hebrea. En ella encontramos, además de
la prosa narrativa y didáctica, dos géneros poéticos fundamentales: el lírico y
el sentencioso, a los cuales puede agregarse un tercero: el profético.
El género lírico comprende gran variedad de composiciones poéticas: el
himno religioso o patriótico: cánticos triunfales en alabanza de Yahveh y del
pueblo escogido; la plegaria: oración implorando la protección divina frente a
los enemigos, o el perdón de los pecados; la elegía: lamentación por las
desgracias de la nación o de una persona; y el idilio: expresión de los
sentimientos de ternura y de amor. Un ejemplo de libro típicamente lírico lo
constituyen los Salmos.
El género gnómico o sentencioso consiste en la expresión de doctrinas, de
enseñanzas religiosas o morales, mediante breves sentencias o complejos
enigmas. Los ejemplos más acabados del género sentencioso se encuentran en el
libro de los Proverbios. El género profético puede ser considerado como una
modalidad poética totalmente distinta de las otras dos. Generalmente no utiliza
el paralelismo, pero en cambio emplea otros procedimientos poéticos. De acuerdo
con lo expuesto, los libros bíblicos pueden ser clasificados, desde el punto de
vista literario, en los siguientes grupos: históricos, proféticos y poéticos.
1. Libros históricos: El Pentateuco y los considerados tales por el canon alejandrino. Estos
libros utilizan la prosa narrativa, el lenguaje corriente, aunque se advierte
en ellos la presencia de algunos fragmentos poéticos.
2. Libros proféticos: Isaías, Jeremías, Ezequiel, Daniel y los Doce Profetas Menores –no por su
menor importancia, sino por su menor extensión.
3. Libros poéticos: Indiscutiblemente revisten este carácter Job (excepto el prólogo y el
epílogo), los Salmos y los Proverbios, libros que utilizan un sistema especial
de acentos. Suele afirmarse que el Libro de Job, los Proverbios y la mayor
parte de los Salmos fueron escritos en versos heptasílabos. También tienen
carácter poético el Cantar de los Cantares, las Lamentaciones, el Eclesiástico
y, según algunos especialistas, el Eclesiastés.
Nuevo Testamento
Los libros del Nuevo Testamento tratan de la vida y doctrina de Jesús y
junto con los del Antiguo Testamento constituyen la Biblia cristiana; sin
embargo, son rechazados por los hebreos.
El Nuevo Testamento está escrito en griego, pero no en griego clásico
(eolio, jonio, dórico o ático), sino en el griego helenístico o popular
(koiné).
Por su naturaleza, los veintisiete libros que integran el Nuevo Testamento
pueden distribuirse en los siguientes grupos:
1. Libros histórico-dogmáticos: Los cuatro Evangelios: San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan.
2. Libros didácticos: Las veintiuna Epístolas: las catorce de San Pablo y las siete cartas
católicas de San Pedro, San Juan, San Judas y Santiago.
3. Un libro histórico: Los Hechos de los Apóstoles, que narra la historia de la Iglesia naciente
y la propagación del Evangelio, especialmente en lo que corresponde a San Pedro
y San Pablo.
4. Un libro profético: El Apocalipsis de San Juan. Es el único libro de carácter profético del
Nuevo Testamento.
Algunos
procedimientos poéticos en la Biblia
La poesía hebrea se distingue de la prosa por una retórica que le es
propia. (…) El poeta hebreo gozó de ciertas prerrogativas o libertades negadas
a los prosistas o usadas con más parsimonia por estos; los poetas podían
alterar el uso de las palabras sin ceñirse a su significado estricto ni a las
reglas gramaticales; con referencia a la divinidad, se permitían un
antropomorfismo aparentemente desproporcionado con respecto al rigor exigido a
la prosa; el uso de recursos retóricos –comparaciones, metáforas y figuras en
general– era verdaderamente exuberante.
Recordemos que la prosa hebrea es lo más sencilla y desnuda de ornamentos
que pueda imaginarse. La construcción se ajusta a un orden lógico y regular;
sin embargo, en la poesía impera la más absoluta libertad.
He aquí, en síntesis, algunos elementos que caracterizan a la poesía
hebrea:
Libertad en la adjudicación de significado a las palabras: viña por Israel
o por pueblo elegido; cuerno por poderío; rebaño y pastor por Israel y Yahveh
respectivamente, y muchos otros más.
El empleo de la alegoría.
El empleo de metáforas y comparaciones.
Alteración de las reglas gramaticales. Por ejemplo, el cambio de personas y
de sujeto en un mismo periodo, sin que se señalen los mismos; elipsis del verbo
o su sustitución por otro que es su antítesis; hábil uso de los tiempos
verbales, que eran especialmente vagos e imprecisos, para aprovechar justamente
esa imprecisión, como sucede frecuentemente en el género profético.
Antropomorfismo en relación con la divinidad o con elementos de la
naturaleza.
Procedimientos estilísticos
Se distinguen tres estilos en la literatura bíblica, empleados
constantemente en los diversos libros que la componen: sentencioso, figurado
y sublime.
Estilo sentencioso
Proviene de la presencia de abundantes proverbios, aforismos, enigmas y
sentencias. Es eminentemente didáctico y se caracteriza por encerrar en una
breve frase una idea completa.
Mediante el estilo sentencioso los pensamientos se encierran en preceptos
graves pero concisos y ágiles que quitan toda lentitud y pesadez al discurso,
confiriéndole majestad, elegancia y vivacidad; además, permiten que se grabe
más fácilmente en la memoria. El libro de los Proverbios, el Eclesiastés y la
Sabiduría nos proporcionan ejemplos de este estilo, aunque otros libros
poéticos también lo usan, con mayor o menor frecuencia. Puede decirse que es la
forma estilística básica de la poesía hebrea.
Estilo figurado
El estilo figurado consiste en el ornato de las imágenes, en el empleo de
las figuras poéticas: comparaciones, metáforas, alegorías, prosopopeyas,
parábolas, fábulas, etc., que se utilizan especialmente en la poesía hebrea con
ciertas peculiaridades que la distinguen de otras literaturas.
Las comparaciones en la poesía hebrea se caracterizan por la brevedad y
concisión, rasgos que tienen su origen en el estilo sentencioso y vivaz,
ajustado y rápido. A diferencia de la poesía homérica, los hebreos no
desenvuelven las circunstancias o detalles accesorios de las comparaciones; en cambio, suelen acumular varias
imágenes, a veces paralelas, pero siempre separadas; es decir, en vez de
amplificación tenemos simple sucesión. Por ejemplo, a veces se divide una
imagen en varios miembros que se corresponden; los poetas grecolatinos hubieran
compuesto una sola y amplia comparación.
La metáfora domina toda la poesía sagrada de los hebreos, pues se utiliza
con la más absoluta libertad; a veces es bastante audaz y hasta excesiva, según
nuestro gusto occidental y moderno. De todos modos, la metáfora hebrea se
caracteriza por su agilidad, viveza y gran sentido poético. Otras veces, en
cambio, está llena de majestad y riqueza.
La alegoría es, en esencia, un
conjunto de imágenes, metáforas o simples comparaciones, trabadas y
relacionadas en tal forma que constituyen un todo completamente unitario y
distinto. Su finalidad principal es aludir o presentamos algo en forma
simbólica.
En la poesía bíblica contamos con dos clases de
alegorías: la simple y la mística. La alegoría simple cumple una
mera función retórica y poética. Ejemplos de esta forma son la alegoría de la
vejez (Eclesiastés, XII, 1-7), la alegoría de la sabiduría de Dios (Isaías,
XXVIII, 23-29), etc. Como dijimos, sirven de ornamento y comunican mayor
riqueza a la expresión.
La alegoría mística, en cambio, es propia o exclusiva de la poesía sagrada o religiosa y de
uso muy frecuente en la poesía profética. David, por ejemplo, en el Salmo II,
y Salomón en el LXXII desempeñan un doble papel; el de sí mismos y el de
representar alegóricamente al Mesías. En efecto, lo que se dice de estos
reyes es perfectamente claro, pero la expresión es tan animada, las imágenes
tan grandiosas e hiperbólicas que se advierte la intención del poeta de
ocultar bajo esa realidad algo más grande y sublime aún: el anuncio profético
del advenimiento del Mesías. El Salmo XXI es otro ejemplo cabal de alegoría:
las imágenes usadas por David en algunas partes del salmo para describir su
extremo sufrimiento, se aplicarán luego a Jesús y a su pasión. El siervo de
Yahveh, ese misterioso personaje que pinta Isaías, víctima inocente cuyo
sufrimiento expía el pecado de los hombres, también simboliza al Mesías.
La prosopopeya es la personificación de ideas
abstractas, de seres inanimados, de elementos de la naturaleza, etc. Es una
figura, la más audaz de todas, que en la poesía hebrea se utiliza con
frecuencia y con mucha eficacia. En el libro de los Proverbios, por ejemplo,
aparece la Sabiduría personificada como una mujer maravillosamente hermosa
que seduce y tienta a los jóvenes.
La parábola se usa indistintamente en prosa o
en verso y consiste en la narración de una anécdota con la finalidad de
enseñar algo que está sugerido o encerrado en ella. Podemos señalar las
siguientes características de la parábola: a. finalidad moral o didáctica; b. hay una explicación de la parábola misma al principio o al
final de lo que se ha narrado, junto a la sentencia de aquello que se quiere
enseñar; c. es más bien idealista;
d. toma como temas asuntos de la
naturaleza o hechos de la vida humana para desarrollar sus figuras; e. no es necesario que los detalles
coincidan exactamente con la idea que se quiere explicar; f. debe ser verosímil, aunque no es necesario que sea verídica o
verdadera; g. nunca se mezcla el
asunto que se desarrolla (la imagen) con la idea que se quiere explicar.
|
Además, y aunque generalmente tiene esa finalidad didáctica que señalamos,
motivo por el cual la usaron Jesús y los maestros de Israel, también puede
desempeñar simplemente una función estética.
Estilo sublime
Este estilo está conformado por tres características o condiciones:
a. Lo sublime en la elocución o expresión, dado principalmente a través de la belleza de la
forma y de algunos de los elementos que caracterizan a la poesía hebrea.
b. Lo sublime en los pensamientos, que se logra a través de la grandeza del tema que trata de la elevación de
las ideas que sugiere. En efecto: los poetas hebreos cantan, por ejemplo, la
inmensidad, la magnificencia, el poder, la sabiduría de Dios.
c. Lo sublime en los sentimientos que provoca, es decir, la intensa emoción que esos temas profundos
despiertan en el alma, la exaltación, el entusiasmo extremo y hasta violento
que, en esencia, es la fuente de toda poesía.
La Biblia como obra literaria
La multiplicidad de los libros de la Biblia y las diferencias de épocas,
autores y géneros presentan la primera gran dificultad para aplicar a su
estudio los criterios comunes y tradicionales de la historia literaria.
El segundo escollo proviene de la variedad de versiones y de la falta del
texto original; otros problemas resultan de las arbitrarias divisiones
convencionales del texto, en la difícil distinción entre prosa y verso, y, para
nosotros, en el manejo exclusivo de traducciones.
La ubicación de los textos en épocas literarias se entorpece por el
carácter compuesto de muchos de ellos; por la imprecisión cronológica de los
datos que aportan de sí mismos, y por las adiciones, retoques y reelaboraciones
sufridas antes de la redacción definitiva.
La clasificación de los géneros es discutida por las notables diferencias
de concepto entre lo que se juzgaba, por ejemplo, histórico en la época de
Josué, y lo que ahora se considera como tal. Además, dicha clasificación incide
en la interpretación y valoración doctrinaria de los textos. La presencia del
milagro y de la profecía provoca controversias para juzgar la historicidad y la
autenticidad de los fragmentos en que se habla de aquellos.
Considerando lo antedicho, la primera precisión a tener en cuenta es la
siguiente: que ningún libro bíblico fue compuesto con la intención de hacer una
obra literaria. Sin embargo, la mayoría de ellos ha logrado una valiosa calidad
artística, ya sea por su forma, ya por su contenido, o por ambos conjuntamente.
_____________________________________________________________________
Bibliografía
Mondada Ana Victoria (1987), Introducción a la Biblia, Fernández Editores,
México.
Vilariño Idea (1987), Literatura bíblica, Antiguo Testamento, Editorial
Técnica, Montevideo.
Argenzio María (s/f), Literatura bíblica, Editorial Casa del Estudiante,
Montevideo.
AUTORES DE LA BIBLIA (Literatura Bíblica de Ma. del Socorro Argenzio)
[i]
Masoretas: "Masora" significa "tradición". Los
masoretas fueron especialistas hebreos en la tradición bíblica, tanto en lo
atinente al texto como a su interpretación.
EL CANTAR DE LOS CANTARES
BIBLIA - NUEVO TESTAMENTO
EVANGELIO
DE LUCAS
|
LUGAR
|
No
definido. Por los años 80 a 90. Podría ser Acaya en Grecia
|
AUTOR
|
Anónimo.
Por más que una tradición muy antigua lo supone escrito por un tal Lucas,
médico de Antioquía y colaborador de Pablo. La crítica actual solo está segura
de que el tercer Evangelio y los Hechos de los Apóstoles son del mismo autor.
|
DESTINATARIO
|
Comunidades
compuestas por cristianos provenientes del paganismo. Por eso explica
costumbres judías.
|
ESTILO
|
Escribe
en griego. Utiliza un vocabulario adecuado a esta mentalidad. Hace alusiones
a la historia, pero se interesa más por el significado salvador de los hechos
que narra, que por la exactitud cronológica o geográfica de los sucesos.
|
FINALIDAD
|
Demostrar
que Jesús es el Salvador de todas las naciones.
|
CONTENIDO
|
El
centro de la historia de salvación es Jesús quien es presentado como el Salvador, como la misericordia de
Dios encarnada, que se inclina hacia el hombre. Con él comienza y termina una
etapa. Termina el tiempo de Israel donde predominan las promesas y la espera
del Mesías y comienza el tiempo de la Iglesia donde éstas se cumplen y se insiste
en la responsabilidad de los creyentes y la resurrección de Jesús; pero como
a los griegos les costaba aceptarlo, Lucas utiliza la expresión “Jesús está vivo”. El centro de interés es el
Reino.
|
EVANGELIO
DE MARCOS
|
LUGAR
|
En Roma por los años 70 cuando está por
estallar la revuelta de los judíos contra Roma.
|
AUTOR
|
Judíos.
Tiene experiencia misionera en tierra de paganos. Su mentalidad es semita.
Habla el arameo y aprendió el griego. Se supone que fue discípulo de Pedro.
Su autor es anónimo por más que la tradición lo identifique con el Juan
Marcos de los Hechos.
|
DESTINATARIO
|
Comunidades
cristianas perseguidas por el Imperio. Provienen del paganismo y no están al
tanto de las costumbres y tradiciones judías.
|
ESTILO
|
Parece
que escribe de prisa.Da la impresión que no reelaboró los relatos sino que
los transcribió como los recibió.Usa palabras que difícilmente no entendería
alguien que no fuera romano: centurión. Traduce las palabras que utiliza en
arameo. Por ejemplo: Abba – papito. Explica las costumbres y tradiciones
judías.
|
FINALIDAD
|
Demostrar
la divinidad de Jesús basándose en sus milagros y principalmente en el
imperio que ejerció sobre el demonio.
|
CONTENIDO
|
Pone
un marco geográfico y cronológico a la vida de Jesús. Busca presentar y
definir la función de Jesús dentro de la Iglesia y trasmite una visión
singular de la concepción de Cristo en las primeras décadas del Cristianismo,
cuando la cristología estaba en sus comienzos. El título de Mesías es
sustituido por el escatológico “Hijo del Hombre” que concuerda con la espera
parusíaca de la comunidad palestinense de los orígenes. Su centro de interés
es el Reino.
|
EVANGELIO
DE MATEO
|
LUGAR
|
No
definido. De la región siro-palestinense. Quizás en Antioquía.
|
AUTOR
|
Anónimo.
Se trata más bien de la obra de una escuela rabínica convertida al cristianismo
o en todo caso, de un autor con mucho conocimiento de la escritura.
|
DESTINATARIO
|
Comunidades
cristianas que proceden del judaísmo y están en conflicto con el judaísmo
oficial. Han sido expulsados de las sinagogas y se abren a los paganos. Son
universalistas por convicción cristiana.
|
ESTILO
|
Se
parece al de Marcos. Es el más judío de los evangelios y su forma de
expresarse es judía. Por ejemplo, habla del reino de los cielos más que del
reino de Dios, porque los judíos no pronuncian el nombre divino. Hace
constantemente referencias a las Escrituras. Se complace en las agrupaciones
numéricas. Por ejemplo; 7 parábolas, etc.
|
FINALIDAD
|
Demostrar
que Jesús es el verdadero Mesías y que la Iglesia fundada por él es el reino
mesiánico prometido a los judíos por los profetas.
|
CONTENIDO
|
Todo
el evangelio es catequístico y busca hacer descubrir el traspase de la misión
de Israel a la comunidad cristiana. Comienza con la genealogía de Jesucristo
y los capítulos 1 y2 son en base a textos del A.T. Se presenta como un ataque
frontal a los fariseos y se opone a todo intento partidista de restringir la
comunidad cristiana a los provenientes del paganismo. Su centro de interés es
el Reino.
|
EVANGELIO
DE JUAN
|
LUGAR
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En
Asia Menor. Podría ser en Éfeso entre el 90 y 100
|
AUTOR
|
Es
probable que en su fuente esté la personalidad del apóstol Juan. Pero su obra
se fue formando en varias etapas, hasta su redacción final. Puede pensarse en
una escuela joánica. Además la obra se escribió sobre el final del segundo
siglo, en cuyo término, suponiendo que Juan viviera sería muy anciano,
mientras que el 4º evangelio posee la fuerza y la coherencia de una mente
ágil y joven.
|
DESTINATARIO
|
Las
comunidades de Asia o Egipto. No parecen comunidades de origen judío, pues el
autor explica palabras y costumbres conocidas para un judío. La comunidad
joánica se encontraba ubicada en la encrucijada de diversas influencias
culturales: la filosofía judía de los ambientes helenísticos, del judaísmo
oficial y marginal, de las corrientes gnósticas de finales del siglo I.
|
ESTILO
|
Es el
más profundo y ha sido llamado “Evangelio espiritual” porque refleja la
serenidad de quien está acostumbrado a traspasar la corteza de los hechos,
para contemplarlos a la luz de la gloria y con el don del Espíritu. Constante
repetición de temas. No suele utilizar parábolas, las que presenta están
formuladas como alegorías breves. Emplea metáforas que representan realidades
profundas.
|
FINALIDAD
|
Demostrar
el carácter mesiánico y la divinidad de Jesús y predicar la necesidad de
creer en Él como Mesías y como Hijo de Dios.
|
CONTENIDO
|
Su
mensaje está muy lejos de la realidad histórica de Jesús. Es el fruto y el
testimonio de una liturgia ya vivida y profundizada. En el centro de su
teología están dos sacramentos: el bautismo y la eucaristía. Es evidente que
el evangelista proyecta sobre la figura de Jesús sus propias convicciones de
fe que permiten verle como un ser excepcional, entregado a liberar al mundo
de las tinieblas para instaurar el reino de la luz, cuyos portavoces deben
ser sus propios discípulos. Su centro
de interés es la persona de Jesús.-
|
ANÁLISIS
LITERARIO DE LAS PARÁBOLAS DEL BUEN SAMARITANO Y DE MARTA Y MÁRÍA
INTRODUCCIÓN.
TRAMA.
Sistematización de los acontecimientos que constituyen la historia contada.
Dichos acontecimientos están unidos
entre sí por un vínculo de causalidad (configuración) e insertos en un proceso
cronológico (concatenación de los acontecimientos).
Trama
unificadora (Lc.
10, 25-42). Es la trama de una secuencia narrativa o del relato portador (macro
-relato) que domina y engloba las tramas de los episodios en ella contenidos.
Trama
episódica. Es la trama
cuyos límites narrativos coinciden con el micro –relato. Por ejemplo, el Buen
samaritano o Marta y María.
ESTRUCTURA DIALÓGICA DE LA TRAMA UNIFICADORA -
Legista
-Pregunta por la vida eternaie
-Reesponde: Amar a a Dios y Amar al prójimo. e
- ¿Quién es mi prójimo?
Jesús
Le hace responder con la ley
Haz eso y vivirás
Relata dos Parábolas : El buen samaritano y Marta y María
La secuencia 10, 25-42 se abre con la pregunta
del legista sobre la vida eterna. Luego Jesús le hace responder con lo que dice
la ley. La nueva pregunta del legista plantea de nuevo la cuestión. La trama de
la parábola del buen samaritano se construye sobre la interrogante del prójimo.
Y la trama de Marta y María se inscribe en el marco de un debate que plantea la
alternativa: diaconía// escucha de la palabra.
La trama unificadora se desarrolla a partir de
la pregunta del legista y del doble mandamiento del amor, que éste da como
respuesta basada en la ley.
El buen samaritano plantea el alcance del amor
al prójimo y Marta y María clarifica la orientación prioritaria de quién ama a
Dios. Los dos micro-relatos comentan el doble mandamiento del amor.
PARÁBOLA DEL
BUEN SAMARITANO. (Lc. 10, 33-37) Trama episódica o micro- relato
Parábola: Del gr.
“comparar”. Método de enseñanza de Jesús en los Evangelios sinópticos. Ostentan
un carácter a la vez plástico y en cierto modo enigmático y oculto.
Evangelio.
Sustantivo griego que significa premio o regalo que se hace al que trae una
buena noticia y también la buena noticia misma. Lucas, discípulo de Pablo
(apóstol) Lucas, Marcos y Mateo son evangelios sinópticos porque son semejantes
entre sí. Se puede hacer una mirada de conjunto o sinopsis. La primera sinopsis
la publicó Griesbach en 1776 y la primera católica J. Gehringer 1842.
Vs33. El samaritano pasa de espectador a
actor. Observamos abundancia de verbos. El prójimo es el herido (allí se aplica
el concepto de amar como a sí mismo) y el prójimo para el herido es el samaritano.
Se da una paradoja[i]
porque el herido no puede expresar su reconocimiento ni su amor.
“Vete y haz tú lo mismo”. Supone una invitación
de Jesús a un doble movimiento: 1) ayudar al otro; 2) dejar que el otro se nos
acerque, aún cuando no se pueda dar nada a cambio.
Sacerdote y levita son
sinónimos, doctores de la ley o sacerdotes judíos. Se habla más de sumo
sacerdote.
Samaritano: Después de la ocupación de Samaría en el
antiguo reino del Norte se formó un pueblo, compuesto por una mezcla de
israelitas y elementos extraños (colonos asirios de Babilonia, Kutá, Awá,
Jamat, etc)Eran enemigos de los judíos. Porque estos adoraban a Yahveh y a sus
dioses propios.
Marco: Conjunto de datos que constituyen las
circunstancias de la historia contada. Componentes: tiempo, lugar, entorno
social. En la parábola del Buen samaritano no hay ubicación temporal.
Personajes:
Protagonistas: Jesús y el maestro de la ley.
Jesús puede considerarse un personaje bloque porque se mantiene invariable en
todo el relato o macro – relato.
Los bandidos y el hotelero son personaje
figurantes (telón de fondo).
El hombre herido y el samaritano también
cumplen un rol protagónico. El samaritano puede considerarse un personaje
redondo porque tiene varios rasgos.
El levita y el sacerdote son personajes cordel
(ficelle) desempeñan un papel menor y
pueden denominarse personajes planos ( figura resumida en un solo rasgo).
[i]
Paradoja: Construcción de la trama que
manifiesta un encadenamiento de hechos
contrarios al sentido común
_________________________________________________________________________________
INFORMACIÓN PARA "LA DIVINA COMEDIA"
Fuente: "DANTE" de Julio Dodera







Dolce Stil Novo
Con la expresión toscana Dolce stil novo (=Dulce
estilo nuevo) Francesco de Sanctis denominó
en el siglo XIX a un grupo de poetas italianos de la segunda mitad del siglo
XIII, integrado por Guido Guinizzelli, Guido Cavalcanti, Dante Alighieri, Lapo Gianni, Cino da Pistoia, Guianni Alfani y Dino Frescobaldi. La
expresión proviene de la Divina Comedia de Dante, concretamente de Purgatorio,
XXIV, v. 57, ("Qual dolce stil nuovo") y de allí es donde el poeta
florentino Bonagiunta da Lucca denomina así la obra de Dante en contraposición
a la lírica trovadoresca.
Sin embargo este dulce nuevo estilo deriva de diversas fuentes,
entre ellas:
·
La misma tradición trovadoresca, de la que toma las convenciones
del amor cortés
(trasfondo religioso de la experiencia amorosa, concepto de gentileza,
idealización de la mujer y creencia de que el amor ejerce un influjo benéfico y
ennoblecedor sobre el amante.
·
El franciscanismo, que
valoraba sobre todo la sinceridad y la armonía entre hombre y naturaleza.
·
La mayoría de los stilnovisti tuvieron contacto con la universidad de Bolonia, por
entonces muy influida por el pensamiento aristotélico tomista.
·
La escuela poética siciliana de la primera mitad del siglo XIII (Gecco Angioleri etc...),
pionera en el empleo de la lengua vernácula vulgar y a la que se deben formas
como el soneto, creado
por Giacomo da Lentini.
Los poetas más importantes de este grupo fueron la tríada
compuesta por Guinizzelli, Cavalcanti y Dante, que configuró el desarrollo teórico, filosófico y
metafísico de la fenomenología amorosa. Desde un punto de vista formal, los
metros más usados por esta escuela poética fueron el soneto, la canción y la balada, compuestos en endecasílabos y heptasílabos.
Guinizzelli compuso la canción programática del movimiento, Al
cor gentil ripara sempre amore*. Definió el amor gentil como "purificado y purificador"
y considera que el amor y el corazón noble, derivado de la virtud personal, son
una y la misma cosa. Según Guinizzelli, la amada estimula la disposición innata
del amante para el bien absoluto y lo pone en comunicación con el amor divino.
Cavalcanti pregona su ideal de amor cristiano y neoaristotélico en
su canción Donna me prega, per ch’eo voglio dire (-La-Mujer me ruega,
por esto que quiero decirle). En tal canción la idealidad y la renuncia a
las realidades empíricas provocan que la dama nunca asuma una corporeidad
perfilada, sino que irradie acción por medio de su belleza. El amante, entre
agitaciones y angustias, se siente perseguido por los espectros del amor y de
la muerte.
Los primeros poemas de La vita nuova (c. 1293) de Dante
Alighieri expresan la angustia que deriva del modelo cavalcantiano, pero en la
canción Donne ch’avete intelletto d’amore (Mujeres que tenéis
inteligencia del amor) se rechaza esa actitud y se prefiere el concepto de
amor de Guinizzelli para engarzar elementos pertecientes al platonismo, especialmente la contemplación angélica de la amada o donna
angelicata. En De vulgari eloquentia (1304-1307), Dante elabora sus
ideas sobre el estilo, lengua, forma y metro más adecuados para valorar
esencialmente la autenticidad del sentimiento poético y la dulzura y sutileza
del tono.
El Dolce stil nuovo ejerció un extenso influjo sobre poetas
posteriores, en especial Francesco Petrarca, Matteo Frescobaldi, Franceschino degli Albizzi, Sennuccio del Bene, Giovanni Boccaccio, Cino Rinuccini, etc. Asimismo, a través da influencia del Canzoniere de
Petrarca, las convenciones del dolce stil nuovo se expandieron por toda Europa
y marcaron el desarrollo de la poesía lírica francesa, ibérica, inglesa (salvo
la rara excepción de William Shakespeare) etc...
El influjo de esta manera literaria transcendió hasta influir
fuertemente en otras artes, por ejemplo en la pintura de Sandro Botticelli.
*: Esta frase en dialecto
florentino posee más de un significado, la traducción más atinente quizá sea: Al
corazón gentil le llega siempre el amor. Otras posibilidades: Al corazón
gentil le tiene en consideración siempre el amor, o la traducción más
simple: Al corazón gentil repara siempre (el) amor".
Dante Alighieri (1265-1321) empezó por ser el poeta más
representativo del "dolce stil nuovo", denominación creada por él
mismo para definir una corriente lírica que agrupaba a otros poetas de la
segunda mitad del siglo XIII (G. Guinizzelli y G. Cavalcanti) y a él
mismo y que se caracterizaba por la dulzura del fraseo y de la expresión y por
una apuesta por el enriquecimiento técnico y temático. Igualmente, aunque
heredado de los trovadores medievales, el amor es lo nuevo. Para Dante, el amor
es nuevo en cuanto renovador, como introductor de una vida nueva. Y además lo
es como símbolo y distintivo de la nueva clase social dominante, que manifiesta
su nobleza no en su sangre sino en su manera de amar. Al mismo tiempo, el amor
es percibido por los poetas del "dolce stil nuovo" y por Dante en su
"Vita Nuova" como representación de lo divino, de lo más alto, como
encarnación de todo lo ideal y espiritual, por encima del mundo de los amores
humanos. La "donna", la mujer amada, Beatrice, aparece entre la gente
rodeada de alabanzas, celestialmente pura y bienaventurada, en una esfera de
trascendencia tal que cumple una función de centro de cielo equiparable a los
ángeles.
Dante inicia su tarea literaria influido por esta corriente, arte
preocupado por un contenido superior y una forma bella.
La lírica italiana había comenzado en Sicilia, siguiendo los
modelos trovadorescos de los poetas provenzales. Este influjo llega a Florencia
y a Bolonia y sufre una transformación, de la que fue iniciador Guido
Guinizelli, Guido Cavalcante, Cino da Pistola, Dante y otros, siguen su
trayectoria.
El amor, tema dominante en las poesías provenzales y en las
imitaciones sicilianas, se desprende de los elementos caballerescos que lo
sustentaban – metáforas, comparaciones – que resultaban extraños en un país
donde no existía la caballería.
El amor es objeto de discusión; se inquiere sobre su origen,
sus manifestaciones y su alcance; se torna un tema teológico o
filosófico. La transformación se verifica mediante la
interpretación: la poesía puede entenderse en más de un sentido. En
la palabra “amor” o la palabra “amada”, los poetas toscanos encierran
significados ocultos. Se quiere superar el sentido literal con la expresión
de un sentido más elevado.
En Dante la dama será elevada a jerarquía divina.
Paralelamente el amante se elevará. El objetivo de éste se hallará
en el cielo. No exigirá reciprocidad de la amada como un amante
terreno. El amor que inspira Beatriz tiene el poder de llevar al hombre a
la virtud. El amor provoca. Los tres temas utilizados en la poesía
serán: amor, salvación, virtud. El amor se torna religioso.
Ante la muerte de Beatriz se espiritualiza más.
El razonamiento y los procedimientos escolásticos, ambos ajenos a
la poesía, entran en las composiciones de aquellos poetas cultos acostumbrados
a tales disquisiciones, propias de las aulas universitarias medievales.
Desde entonces la poesía será una manifestación que encierre la verdad:
tendrá una forma atrayente y hará accesible esa verdad a los iniciados.
Si bien subsisten los elementos tradicionales de la poesía, la
acepción que se les procura dar la aleja de lo inmediato; la mujer, el
amor, no son sino velos que esconden una verdad trascendente. Estos
principios, con sus limitaciones, no podían originar por sí mismos obras
estéticamente valiosas. La fantasía de Dante, su sensibilidad, logran
salvarlo muchas veces de tales limitaciones.
Hay en él un hombre que vive, que se estremece, que sueña, y eso
le permitió superar las restricciones y las fórmulas de escuela.
MATERIAL COMPLEMENTARIO PARA LA DIVINA COMEDIA
LA DIVINA COMEDIA
DANTE ALIGHIERI - DE GUSTAVO DORÉ
VIDEO http://www.ladeliteratura.com.uy/sala/dante/dc.pdf
Introducción a La Divina
Comedia
DANTE "LA DIVINA COMEDIA". INFIERNO, CANTO XXVI
Concepto de INTERTEXTUALIDAD
Transtextualidad se define como todo aquello que pone un texto "en relación, manifiesta o secreta, con otros textos".
Michael
Rifaterre dice que "El intertexto es la percepción, por parte del
lector, de relaciones entre una obra y otras que la han precedido o
seguido". Quedan incluidos en este sentido amplio tanto la simple
reminiscencia, como la recuperación de una estructura, la recuperación
de una matriz literaria: así como "La Eneida" retoma "La Odisea".
G. Genette diferencia cinco tipos de relaciones transtextuales:
1)
La intertextualidad designa la presencia física de un texto en otro, por cita, alusión o plagio.
2)
La paratextualidad designa el acompañamiento de un texto con título, subtítulo, prefacio o advertencia final.
3)
La metatextualidad establece una relación crítica con otro texto al comentarlo.
4)
La hipertextualidad es la repetición o imitación no declarada de un texto anterior.
5)
La architextualidad representa la forma más abstracta de referencia (situada al límite de lo imperceptible) a un texto primordial.
Según
Julia Kristeva, en Semiótica, la intertextualidad se puede definir como
una relación de copresencia entre dos o más textos, o si se prefiere,
como la presencia efectiva de un texto en otro.
Palimpsestos. La Literatura en 2º grado. Gerard Genette
_______________________________________________________________________________
CANTO XXVI DEL INFIERNO
ALGUNOS APORTES
PARA EL ANÁLISIS LITERARIO
Circe: Hechicera famosa y
bellísima, que transformaba a sus amantes en bestias. Algunos griegos amigos de
Ulises sufrieron dicha transformación; este la obligó con amenazas a devolver a
aquellos su primitiva forma; pero enamorado ardientemente de ella, permaneció a
su lado un año.
Gaeta: lugar cerca del
monte Circio o Circello. Nombre de la nodriza de Eneas, que fue sepultada allí.
Discurso de Ulises (de
acuerdo a la Retórica tradicional)
1-
Saludo “ Oh, hermanos...”
2-
Exordio (comienzo del discurso, preámbulo que
predispone afectivamente al auditorio) “... que habéis llegado al Occidente a
través de cien mil peligros!,...”
3-
Proposición (objetivo del orador)En este caso se
pone el acento en la brevedad de la vida “...ya que tan poco os resta de vida,
no os neguéis a conocer el mundo sin habitantes...”
4-
Peroración (parte final del discurso, aquí se
enumeran los argumentos para mover el ánimo del auditorio)”...Pensad en vuestro
origen; vosotros no habéis nacido para vivir como brutos , sino para alcanzar
la virtud y la ciencia”.
“Me lancé
por el abierto mar...” Cirlot, en el
Diccionario de símbolos dice: “El mar, los océanos, se consideran como fuente
de la vida y final de la misma”.
El agua en la
tradición hermética, es la sustancia de la que surgen todos los dioses, el
elemento vital por excelencia, pero a la vez la inmensidad del océano
representa la muerte como retorno a los orígenes. Este mar, “vida –muerte”, es
el que atrae a Ulises, con un llamado que viene del alma del personaje.
Dante
se presenta a sí mismo como un viajero, cuyo peregrinar abarca toda “La Divina
Comedia”, pero su viaje es ordenado por Dios, guiado por la razón (Virgilio) y
la fe (Beatriz) y su propósito no es la aventura sino la salvación del alma.
“Vosotros
no habéis nacido para vivir como brutos, sino para alcanzar la virtud y la
ciencia.” Según la mitología griega, el hombre nace de las cenizas de los
Titanes, fulminados por Zeus, cuando devoraron a Dionisos. De allí surge su
doble naturaleza: cuerpo y alma, bondad y maldad, inteligencia y fuerza. Para
los cristianos, la simiente del género humano es Adán, creado por Dios, pero
también pecador. Ambas tradiciones ponen el acento en el mal que se instala en
el hombre desde su origen, pero también en la tragedia implícita de la
condición humana. La sed insaciable de saber vive en continuo conflicto con la
brevedad de la vida.
A
la vigilia que es la vida terrenal , se opone el océano inmenso del saber. Es
el mismo drama del que se burla Mefistófeles en el “Fausto” de Goethe,
comparando al hombre con un saltamontes de largas patas, que absurdamente
pretende llegar al cielo; es precisamente esa falta de resignación ante los
límites en donde radica su grandeza y su posibilidad de salvación para Goethe,
escritor de la Edad Moderna. Para Dante, escritor medieval, allí está el riesgo
de su condenación. La Divina Comedia muestra tres formas de pecar contra Dios:
los adivinos, porque pretenden usurparle la pre-ciencia; los herejes porque van contra la doctrina y la palabra y
los Titanes porque le disputan el conocimiento de la verdad. El pecado de
Ulises es titánico y Dante, aunque lo censura, no puede dejar de admirarlo.
Virtud y
conocimiento son los objetivos de la vida del hombre. Pero en el lenguaje de
Ulises la virtud no es la práctica del bien como para el cristiano, sino la
areté griega, cuya cualidad esencial es el valor heroico. Con esta exaltación
final del heroísmo y de la necesidad de enriquecimiento espiritual como las
únicas formas que tiene el hombre de trascender, logra Ulises inflamar el ánimo
de sus compañeros. A los héroes de “La Ilíada” que luchan por el botín, les
suceden éstos, cuyo único premio es el saber.
("Dante" de Teresa Torres y Margarita Carriquiri. Ed. Técnica)
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Concepto
de viaje, según Cirlot
Desde
el punto de vista espiritual el viaje no es nunca una mera traslación en
el espacio, sino la tensión de búsqueda y de cambio que determina el
movimiento y la experiencia que se deriva del mismo. En consecuencia estudiar,
investigar, buscar, vivir intensamente lo nuevo y profundo son modalidades de
viajar o equivalentes espirituales y simbólicos del viaje. Los héroes son
siempre viajeros, es decir inquietos. El viajar es una imagen de la aspiración
– dice Jung- del anhelo nunca saciado que en parte alguna encuentra su objeto.
Señala luego dicho autor que ese objeto es el hallazgo de la madre perdida.
Esta es una interpretación discutible. Inversamente podríamos decir que el
viaje es una huida de la madre. Volar, nadar, correr, son también actividades –
como el soñar, el ensoñar y el imaginar- equivalentes a viajar (...)
El
verdadero viaje no es nunca una huida o un sometimiento, es evolución (...) Las
pruebas –y etapas del viaje- son ritos
de purificación.
El arquetipo del viaje es la peregrinación al “centro” o tierra santa; la
salida del laberinto(...) En el sentido más primario viajar es buscar.
DANTE "LA DIVINA COMEDIA"
Dolce
Stil Novo
Con
la expresión toscana Dolce
stil novo
(=Dulce
estilo nuevo)
Francesco
de Sanctis
denominó en el siglo XIX a un grupo de poetas italianos de la
segunda mitad del siglo XIII, integrado por Guido
Guinizzelli,
Guido
Cavalcanti,
Dante
Alighieri,
Lapo
Gianni,
Cino
da Pistoia,
Guianni
Alfani
y Dino
Frescobaldi.
La expresión proviene de la Divina
Comedia
de Dante, concretamente de Purgatorio,
XXIV, v. 57, ("Qual dolce stil nuovo") y de allí es donde
el poeta florentino Bonagiunta da Lucca denomina así la obra de
Dante en contraposición a la lírica
trovadoresca.
Sin
embargo este dulce nuevo estilo deriva de diversas fuentes, entre
ellas:
La
misma tradición trovadoresca, de la que toma las convenciones del
amor
cortés
(trasfondo religioso de la experiencia amorosa, concepto de
gentileza, idealización de la mujer y creencia de que el amor
ejerce un influjo benéfico y ennoblecedor sobre el amante.
El
franciscanismo,
que valoraba sobre todo la sinceridad y la armonía entre hombre y
naturaleza.
La
mayoría de los stilnovisti tuvieron contacto con la universidad
de Bolonia,
por entonces muy influida por el pensamiento aristotélico tomista.
La
escuela poética siciliana de la primera mitad del siglo XIII (Gecco
Angioleri
etc...), pionera en el empleo de la lengua vernácula vulgar y a la
que se deben formas como el soneto,
creado por Giacomo
da Lentini.
Los
poetas más importantes de este grupo fueron la tríada compuesta por
Guinizzelli,
Cavalcanti
y Dante, que configuró el desarrollo teórico, filosófico y
metafísico de la fenomenología amorosa. Desde un punto de vista
formal, los metros más usados por esta escuela poética fueron el
soneto,
la canción y la balada,
compuestos en endecasílabos
y heptasílabos.
Guinizzelli
compuso la canción programática del movimiento, Al
cor gentil ripara sempre amore*.
Definió el amor gentil como "purificado y purificador" y
considera que el amor y el corazón noble, derivado de la virtud
personal, son una y la misma cosa. Según Guinizzelli, la amada
estimula la disposición innata del amante para el bien absoluto y lo
pone en comunicación con el amor divino.
Cavalcanti
pregona su ideal de amor cristiano y neoaristotélico en su canción
Donna me prega, per ch’eo voglio dire (-La-Mujer me
ruega, por esto que quiero decirle). En tal canción la idealidad
y la renuncia a las realidades empíricas provocan que la dama nunca
asuma una corporeidad perfilada, sino que irradie acción por medio
de su belleza. El amante, entre agitaciones y angustias, se siente
perseguido por los espectros del amor y de la muerte.
Los
primeros poemas de La
vita nuova
(c. 1293) de Dante Alighieri expresan la angustia que deriva del
modelo cavalcantiano, pero en la canción Donne
ch’avete intelletto d’amore
(Mujeres
que tenéis inteligencia del amor)
se rechaza esa actitud y se prefiere el concepto de amor de
Guinizzelli para engarzar elementos pertecientes al platonismo,
especialmente la contemplación angélica de la amada o donna
angelicata.
En De
vulgari eloquentia
(1304-1307), Dante elabora sus ideas sobre el estilo, lengua, forma y
metro más adecuados para valorar esencialmente la autenticidad del
sentimiento poético y la dulzura y sutileza del tono.
El
Dolce
stil nuovo
ejerció un extenso influjo sobre poetas posteriores, en especial
Francesco
Petrarca,
Matteo
Frescobaldi,
Franceschino
degli Albizzi,
Sennuccio
del Bene,
Giovanni
Boccaccio,
Cino
Rinuccini,
etc. Asimismo, a través da influencia del Canzoniere
de Petrarca, las convenciones del dolce stil nuovo se expandieron por
toda Europa y marcaron el desarrollo de la poesía lírica francesa,
ibérica, inglesa (salvo la rara excepción de William
Shakespeare)
etc...
El
influjo de esta manera literaria transcendió hasta influir
fuertemente en otras artes, por ejemplo en la pintura de Sandro
Botticelli.
*:
Esta frase en dialecto florentino posee más de un significado, la
traducción más atinente quizá sea: Al
corazón gentil le llega siempre el amor.
Otras posibilidades: Al
corazón gentil le tiene en consideración siempre el amor,
o la traducción más simple: Al
corazón gentil repara siempre (el) amor".
Dante
Alighieri (1265-1321) empezó por ser el poeta más representativo
del "dolce stil nuovo", denominación creada por él mismo
para definir una corriente lírica que agrupaba a otros poetas de la
segunda mitad del siglo XIII (G. Guinizzelli y G.
Cavalcanti)
y a él mismo y que se caracterizaba por la dulzura del fraseo y de
la expresión y por una apuesta por el enriquecimiento técnico y
temático. Igualmente, aunque heredado de los trovadores medievales,
el amor es lo nuevo. Para Dante, el amor es nuevo en cuanto
renovador, como introductor de una vida nueva. Y además lo es como
símbolo y distintivo de la nueva clase social dominante, que
manifiesta su nobleza no en su sangre sino en su manera de amar. Al
mismo tiempo, el amor es percibido por los poetas del "dolce
stil nuovo" y por Dante en su "Vita Nuova" como
representación de lo divino, de lo más alto, como encarnación de
todo lo ideal y espiritual, por encima del mundo de los amores
humanos. La "donna", la mujer amada, Beatrice, aparece
entre la gente rodeada de alabanzas, celestialmente pura y
bienaventurada, en una esfera de trascendencia tal que cumple una
función de centro de cielo equiparable a los ángeles.
Dante
inicia su tarea literaria influido por esta corriente, arte
preocupado por un contenido superior y una forma bella.
La
lírica italiana había comenzado en Sicilia, siguiendo los modelos
trovadorescos de los poetas provenzales. Este influjo llega a
Florencia y a Bolonia y sufre una transformación, de la que fue
iniciador Guido Guinizelli, Guido Cavalcante, Cino da Pistola,
Dante y otros, siguen su trayectoria.
El
amor, tema dominante en las poesías provenzales y en las imitaciones
sicilianas, se desprende de los elementos caballerescos que lo
sustentaban – metáforas, comparaciones – que resultaban extraños
en un país donde no existía la caballería.
El
amor es objeto de discusión; se inquiere sobre su origen, sus
manifestaciones y su alcance; se torna un tema teológico o
filosófico. La transformación se verifica mediante la
interpretación: la poesía puede entenderse en más de un
sentido. En la palabra “amor” o la palabra “amada”, los
poetas toscanos encierran significados ocultos. Se quiere
superar el sentido literal con la expresión de un sentido más
elevado.
En
Dante la dama será elevada a jerarquía divina. Paralelamente
el amante se elevará. El objetivo de éste se hallará en el
cielo. No exigirá reciprocidad de la amada como un amante
terreno. El amor que inspira Beatriz tiene el poder de llevar
al hombre a la virtud. El amor provoca. Los tres temas
utilizados en la poesía serán: amor, salvación, virtud.
El amor se torna religioso. Ante la muerte de Beatriz se
espiritualiza más.
El
razonamiento y los procedimientos escolásticos, ambos ajenos a la
poesía, entran en las composiciones de aquellos poetas cultos
acostumbrados a tales disquisiciones, propias de las aulas
universitarias medievales. Desde entonces la poesía será una
manifestación que encierre la verdad: tendrá una forma
atrayente y hará accesible esa verdad a los iniciados.
Si
bien subsisten los elementos tradicionales de la poesía, la acepción
que se les procura dar la aleja de lo inmediato; la mujer, el
amor, no son sino velos que esconden una verdad trascendente.
Estos principios, con sus limitaciones, no podían originar por sí
mismos obras estéticamente valiosas. La fantasía de Dante, su
sensibilidad, logran salvarlo muchas veces de tales limitaciones.
Hay
en él un hombre que vive, que se estremece, que sueña, y eso le
permitió superar las restricciones y las fórmulas de escuela.
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"DON QUIJOTE DE LA MANCHA" DE CERVANTES
Algunos aportes sobre la novela cervantina
http://www.rinconcastellano.com/renacimiento/quijote.html
Material ampliatorio de Don Quijote de la Mancha ( no obligatorio para los alumnos de 5º año ).
"Perspectivismo lingüístico en el Quijote" Leo Spitzer
http://cvc.cervantes.es/literatura/quijote_antologia/spitzer.htm
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MATERIAL AMPLIATORIO SOBRE LA NOVELA CERVANTINA
http://cvc.cervantes.es/literatura/clasicos/quijote/indice.htm
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Utopía
1-Fuente: Real Academia Española (Del gr. οὐ,
no, y τόπος, lugar: lugar que no existe).f. Plan, proyecto, doctrina o sistema
optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación.
2- Según
el artículo enmendado de avance de la vigésima tercera edición, utopía pasará a ser: (Del gr. οὐ, no, y τόπος,
lugar: lugar que no existe).1. f. Plan, proyecto, doctrina o sistema deseable que parece de muy difícil
realización.
3- Fuente: Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse
Editorial, S.L. f. Plan ideal de gobierno en que todo está perfectamente
determinado. El concepto procede de la obra de Tomás Moro Utopía, en la que
describe la república de la imaginaria isla de Utopía. fig. Plan o
sistema ideal, pero irrealizable. filos.
y sociol. Acción social o proyecto
de acción que, presentándose como una negación de la realidad histórica
existente, se fija unos objetivos explícitos sin tener en cuenta las formas de
organización social que permitan alcanzar tales objetivos.
4-
F.
Sainz de Robles en Diccionario de la Literatura define Utopía de
la siguiente forma:
A)
Estado de perfección supuesto en un ideal
irrealizable.
B)
Aspiración fantástica o ilusoria del espíritu.
C)
Doctrina o sistema halagüeño que no puede ser
llevado a la práctica.
D)
Título de la obra de Tomás Moro (1516) que habla de
una república imaginaria.
4-
El Utopismo, según Sainz de Robles, nació con
Platón. Se puede diferenciar entre ideal,
meta de aspiraciones a las que se puede llegar. Utopía, no se ha realizado nunca y es imposible para las
fuerzas humanas.
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Popol Vuh
Panteón maya Prof. Mercedes Patrón
Tzacol: constructor omnipotente y Bitol: Alfarero. Representan al creador ( pensar ) y al formador ( dar forma ).